viernes, 31 de diciembre de 2021

Cuando te dan ganas de matar a alguien, pero sonríes…

Disponible en: https://www.fluenting.com

¿Sueles reprimir tus sentimientos de ira “por no liarla”? ¿Te da miedo tu propia reacción si expresas lo que realmente estás pensando?

Un caso hipotético: Estás en una reunión familiar. Tu cuñado bebe un poco más de la cuenta y empieza a soltar por su boca las “lindezas” de siempre. Tú respiras hondo y te dices a ti mismo: “tranquilo, no te alteres”… Pero claro, la tensión va subiendo y tú te vas poniendo más y más colorado.

La tensión se va acumulando en el estómago e intentas respirar hondo. Al final te haces las inevitables preguntas: ¿hablo o me callo? Y si hablo, ¿cómo me aseguro de no perder los papeles?

Contener la ira tiene una intención positiva: no ser destructivo. Quieres actuar correctamente, mantener tu reputación, dominar tus emociones y a ser posible, no echar leña al fuego. Al final decides callarte, por no armarla. Sin embargo, comerte el enfado puede ser muy perjudicial para tu salud mental y física.

Según un estudio realizado en el departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos de la UNED, las personas que reprimen la ira sufren más problemas cardiovasculares que las que la expresan o la controlan.

Por supuesto, tampoco es cuestión de ponerse hecho un energúmeno, con la excusa de que es sano expresar la ira. Esto también puede provocar un aumento de la tensión arterial, úlceras e incluso infartos.

Entonces, ¿lo mato o no lo mato?

Al final decides callarte y no matar a tu cuñado, pero no estás del todo tranquilo. Te gustaría gritarle y convencerle de que tú llevas razón; zarandearle por la cantidad de chorradas que dice hasta hacerle comprender, ¿verdad?

Pues no. Sigue leyendo y sabrás qué hacer en estos casos…

Aprende a gestionar tus emociones. Tanto la ira como otros sentimientos que interpretamos como negativos, están ahí por una razón; nos informan de algo importante. Desde pequeños la mayoría hemos aprendido que hay ciertos sentimientos que no deberíamos expresar, porque nos decían: “no te pongas así”, “no te enfades”, “no llores”, etc. . Pero la opresión no es sana.

Si eres de los que se lo guardan todo mientras muestran una falsa sonrisa, tu tensión irá directa a tu estómago y al pecho. Además, poco a poco te irás cargando, las disputas serán cada vez mayores y, tarde o temprano, crearás un mal rollo. Dicho de otro modo: te convertirás en un agujero negro que absorbe energía de los demás.

Pasos para sacar la ira acumulada en una situación explosiva

Lo ideal es prevenir cultivando una sana inteligencia emocional. Sin embargo, si ya tienes el vicio de reprirte hasta saltar, sigue estos pasos mientras desarrollas tu asertividad:

    1. Busca un entorno seguro
      Lo ideal es que estés a solas durante 5 minutos como mínimo, donde tu energía no se mezcle con la de nadie más. Sé consciente de tu tensión y no la juzgues como mala. Si estás en un sitio público, puedes ir al servicio y decir que luego vuelves.
    2. Piensa en el origen de tu enojo
      A veces nos creemos enfadados por una cosa cuando en realidad es por otra. Ahora estás solo y nadie te juzga. Sé sincero contigo mismo. ¿Por qué te has enfadado? ¿Qué te ha dolido? ¿Qué es lo que realmente necesitas y está bajo tu control?
    3. Pon música relajante
      Si estás en un bucle de pensamiento, y quieres salir de él, puedes entrar en otra sintonía escuchando música. Elige música que te ayude a sentirte un poco mejor. A ir saliendo del bucle. Por ejemplo, a mí me gustan mucho los mantras porque no entiendo la letra y me ayudan a relajarme con rapidez. Concretamente este es mi favorito. Cuando estoy en un sitio público y no puedo poner música, lo tarareo interiormente.
    4. Un buen masaje
      La ira —reprimida o descontrolada— se apodera facilmente de tu cuerpo. Observa a las personas que tienen problemas para gestionar su ira: suelen estar rígidos. Libera tensión poniéndo tu mano en el estómago y, apretando ligeramente, haz círculos mientras respiras despacio. Luego haz lo mismo en el pecho. También puedes agarrar tu dedo anular haciendo un puño con la otra mano, si el ejercicio anterior no es apropiado en tus circunstancias.
    5. Un poco de cariño
      Cuando pierdes los papeles (o estás a punto de hacerlo), es posible que te sientas culpable por no saber actuar con más calma. Acepta cómo te sientes y, después, prueba otra cosa distinta a la de siempre. Independientemente del resultado, felicítate por estar probando formas mejores de gestionar tus enfados.
    6. La más importante…
      Grábate a fuego lo siguiente: solo tú eres responsable de cómo te sientes. Piensa que no está en tu mano cambiar el comportamiento de la otra persona, pero sí el tuyo. Puedes coger espacio y hablar luego. O expresar con asertividad y educación cómo te sientes y lo que piensas.

Recuerda: aunque el detonante venga de fuera, tú decides cómo interpretarlo y cómo sentirte al respecto.

Encuentra formas constructivas de canalizar tus emociones. El deporte o una actividad creativa pueden ser herramientas que te ayuden, pero lo principal es tener humildad. Reconoce cuándo te equivocas y acepta que no siempre llevar razón es tan importante.

Un simple "tal vez me equivoco" o un mero "puede ser", te ayudarán a no engancharte o a salir de la tensión emocional de una discusión.

¿Te gustaría tener más armonía en tu vida y construir relaciones sólidas y gratificantes? Échale un vistazo aquí.

El artículo Cuando te dan ganas de matar a alguien, pero sonríes… es cortesía de: https://www.fluenting.com/



source https://www.fluenting.com/cuando-te-dan-ganas-matar-alguien-sonries

jueves, 30 de diciembre de 2021

Gana la batalla de los sexos

Disponible en: Fluenting

Cuando un niño pequeño muestra lo que hoy llamamos violencia machista, ¿de quién es la responsabilidad? Mirémonos todos ante el espejo —la sociedad entera— antes de contestar.

Había una vez una golondrina que gozaba trinando por los insondables cielos azulados de la primavera. En Ciudad Real, durante el mes de mayo, apenas hay nubes en el firmamento.

Volaba sola, pero siempre en compañía de su banda de pájaros. Comía mosquitos y hacía diabluras porque le divertía pitorrearse de los cuervos.

En la terraza del edificio más alto, no muy lejos de la catedral, dos niñas preciosas que jugaban a la comba se peleaban por ver quién era la campeona. Mientras, su hermano se sentía un poco solo en el vientre de su madre.

— ¿Qué hacéis chicas? Papá está estudiando para juez y estáis dando tantas voces que no se puede concentrar ni un rato.

— ¡Estamos jugando, mamá! —contestaron las dos al unísono.

—Bueeeeno, pero no os peléis así, que vuestro hermanito me da patadas cada vez que os ponéis como fieras para ver quién de las dos gana. Ya os he dicho mil veces que las dos sois un tesoro que no tiene precio, y cada una tiene su propia magia. No os lancéis esas pullas, ni maldigáis a la otra. Eso no está bonito y luego os enfadáis.

La golondrina presenció toda la escena y sintió unas tremendas ganas de tener padres, hermanas y amigos como los humanos. Aunque era la que mejor volaba, no tenía padres -eso creía la muy tontuela- ¡ella solo sabía que nació de un huevo!

Que un huevo fuera su madre-padre tenía ventajas: no esperaba nada, no regañaba nada, no odiaba ni generaba mal rollo. Pero tampoco daba abrazos, ni te decía te quiero o "me gustaría que volases hasta ese o aquel rincón".

La golondrina anida en el corazón del niño

Total, que la golondrina, que sin duda era mágica, voló y voló cada vez más alto. Cuanto más subía, más se congelaba su cuerpo. Estaba segura de que atravesando el cielo llegaría al mundo de los humanos.

Y lo consiguió. Le costó ascender más allá de las nubes, hasta quedar asfixiada y muerta de frío. A pesar de la ansiedad, del dolor y del miedo expió con una imposible sonrisa serena.

Descendió de los cielos como un lucero y fue a caer sobre el hermano de las niñas. Renació como un rayo de luz en su pecho. Habían pasado muchos años, el niño era casi un hombre. Sintió un escalofrío de placer tan intenso que cerró los ojos por el impacto de ese don del cielo. Cuando abrió los ojos, vio un mundo nuevo.

Entre ladridos y sentencias injustas

Con el paso de los años, las niñas habían crecido hasta hacerse adultas. La mayor era catedrática de marketing en la universidad y viajaba por el mundo entero.

La menor, que era diseñadora, estaba presentando su última colección en la pasarela Cibeles. Ambas triunfaban. Las dos se querían cada vez más... y se odiaban mejor cada año.

Hace años que el padre sacó su oposición de juez. Triunfó tanto que los abandonó a todos por su adicción al trabajo. Mamá se resignó, se desilusionó y se guardó el dolor para verterlo por todos sus poros.

Al crío esto le disgustaba. Desde que tiene conciencia lo recuerda todo como un infierno. Papá dictaba sentencia. Mamá ladraba. Papá y mamá siempre querían llevar razón. Incluso cuando ninguno de los dos la tenía. Aquella guerra de los sexos fue creando facciones entre nosotros.

El niño que no se daba por vencido

Como buen chico quería comprender a sus hermanas, a sus padres y el mundo en que vivía. Pero nada. Se sentía impotente al no saber cómo lograrlo. Lo único que parecía conseguir era odiarse un poco mejor a sí mismo cada día.

Para no armarla, muchas veces guardaba silencio cuando algo le parecía injusto, pero eso le causaba un insoportable ruido en su interior.

Cuando defendía la razón, con tan buen juicio o más que su padre, todo se crispaba.

Era como si una barrera infranqueable les separase de su tierra prometida.

Pero nunca se rindió

Siempre fue valiente y perseverante en el empeño. Aprendió de sus hermanas y de su padre a ser ambicioso. Quiso conocer, cuidarse, crecer, asumir responsabilidades y ser tan respetable como ellos.

Su madre era muy humilde. No tenía corazón ni cabeza porque estaba hecha de diamante, pero era tan bruta que ni ella misma lo sabía. Además, cuando la herían hasta el alma te cortaba.

El muchacho era una joya como su madre, pero más bruto. Un fuera de serie, como su padre, solo que más infeliz que él. Pensó que dándole a la cabeza aún más que su padre, y poniendo todavía más corazón que su madre, conquistaría el alma de sus padres, de sus hermanas y la suya.

Craso error. Con eso lo único que consiguió fue quedarse cada día más solo. Triste y quijotesco iba camino de morirse de sed, de construir su propio infierno, y de perder la gran batalla de los sexos.

La golondrina trajo claridad...

Por extraño que parezca, cuando el espíritu de la golondrina le golpeó desde el cielo, lo vio todo más claro.

Quiso entender que, en la batalla de los sexos, la finalidad no es extremar los polos con afán de dominación, sino aceptar quienes somos y el poder que tenemos.

Podemos transformar la relación que nos separa en otra donde nos sentimos aún más libres y potenciados por el sexo opuesto, y donde nuestros hijos no tienen que tomar partido a favor o en contra de un padre o una madre, y se ven tal como son: hermanos y hermanas.

La receta curativa de la golondrina

La inteligencia emocional es la clave, sí. Pero hasta ahora estaba convencido de que la razón era más importante que la emoción. La eterna discordia entre mis dos hermanas. La falta de armonía en casa. Las interminables discusiones de papá y mamá. Ahora lo sabía, la golondrina se lo había dicho:

— Lo único que hace falta es comerse al cuervo que os separa.
— ¿A qué cuervo te refieres, golondrina?
— Al que abandera el desamor eterno. Con cada victoria del cuervo, uno de vosotros cree ganar porque se siente por encima del otro. Pero perdéis la guerra por el amor. El precio que pagáis es la discordia. El cuervo se parte de risa mientras os perdéis un mundo más musical que mola un huevo.
— No sé si lo entiendo. ¿Me estás diciendo que para volar, para surcar con mis hermanas y amigos el firmamento, sólo tengo que aprender a comer cuervo?
— Sí, pero es muy difícil. Hacen falta buenos huevos para lograrlo. Va contra la naturaleza humana y precisa de un poder que tienen muy pocas personas.

La decisión del niño

Recordó que de niño le exigieron participar en la sangrienta batalla de los sexos. Le pidieron que tomara partido por la causa más justa. Él había pagado con su corazón. Para ganar la batalla del amor dividió su corazón en partes iguales entre su padre y su madre. Y para comprender a sus hermanas entregó su mente al estudio, la contemplación y la aventura.

Como había partido y regalado su corazón, vivía mucho en su cabeza y sólo sabía sufrir y conformase con las migajas de afecto que otros le daban.

Aquel muchacho también necesitaba comprensión. Llegó a pensar que su familia se la debía. Pero estaban todos demasiado ocupados en el infierno, incluido él mismo.

—Golondrina, ahora sé que necesito sentirme en paz para vivir plenamente. De pequeño regalé mi corazón para entrar en esta interminable batalla por padre, madre, mis hermanas, mis amigos y yo. Dices que para recuperarlo tengo que comer cuervo. ¿Puedes enseñarme cómo hacerlo?

—Como te he dicho no es fácil. Necesitas ambición y humildad. Las dos cosas y a la vez. Con tu ambición abrirás la puerta de esa atalaya que es tu mente, pero sin humildad te quedarás encerrado allí. Para llegar al corazón de la vida, necesitarás humildad; pero sin ambición no destruirás el mar de hielo que separa a los hombres.

Del mismo modo que el corazón tiene razones que la mente no puede entender. La mente anhela sentimientos que al corazón le duele sentir.

Comer cuervo significa aceptar que mis dos hermanas —la catedrática de lo racional y la irracional diseñadora- son igualmente poderosas. Una no está por encima de la otra. Ambas son igualmente valiosas. Igual que un corazón no puede vivir sin cabeza, la razón no es nada sin corazón.

Comprendió el poder de la humildad —un arte marcial del espíritu, un aikido del alma, en el que siempre vence el que cede ante el que ataca; porque así acaban ellos recibiendo los golpes que te lanzan.

Encontró lo que necesitaba al entender que la oscuridad se alimenta de la luz. Y que hay luz también en el sombrío interior de cada uno de nosotros.

La auténtica humildad amansa a las fieras que llevamos dentro.

Por cada cuervo que se comía revivía, grande, musical, oscuro y luminoso, su maravilloso corazón antes divido. Al reunirse su corazón, la golondrina tuvo que salir al espacio exterior.

Se comprendió a sí mismo y a la vida. Supo darse paz. Ya no exigió a nadie que lo entendiera. Comprendió que la discordia tiene entre otros costes el corazón de un niño pequeño.

Y trajo la libertad con ella...

Fue creciendiendo, observó libre a su ave, que ascendió de nuevo a los cielos, y que retornó para quedarse en la tierra como bailarina de movimientos libres.

Un día se encontraron. Se casaron en Roma. Ahora son muy felices y sus hijos entrenan cada día para vencer con amor en la batalla de los sexos y poner paz entre sus hermanos y hermanas.

Una golondrina no hace verano, ¡pero una comunidad de fluentistas sí!

Apúntate a Fluenting y apuesta por una causa que también es la tuya: más vida, más plena, más auténtica.

El post Gana la batalla de los sexos es cortesía de: https://www.fluenting.com



source https://www.fluenting.com/gana-batalla-sexos

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Vence estoicamente tus temores

Por cortesía de: FLUENTING

¿Te gustaría triunfar sobre la adversidad?

En las olimpiadas de 1976, el gimnasta Shun Fujimoto, durante su ejercicio de suelo se fracturó la rótula, pero siguió compitiendo. Finalizó su último ejercicio de anillas y clavó la salida. Inmediatamente después, se desmayó de la agonía. Su aguante le valió a él y a su equipo la medalla de oro.

Para mejorar el rendimiento, los entrenadores de deportistas de élite exploran formas de ayudarles a controlar lo que pueden controlar. En especial los aspectos fundamentales: dormir más tranquilos, recuperarse antes y pensar mejor.

¿Es posible gozar de una vida plena sin aceptar el dolor?

Nadie golpea tan duro como la vida. —Rocky Balboa

¿Cuándo es legítimo soportar el dolor?

No se puede tomar conciencia sin dolor. Las personas harán lo que sea, no importa cuán absurdo, para evitar enfrentarse a su propia alma. Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad. — C.G. Jung

¿Alguna vez has estado entre la espada y la pared? ¿Tiene sentido afrontar el miedo o aguantar el dolor cuando podemos evadirnos con una copa o una pastilla?

El emperador romano Marco Aurelio, que mandó desde el 161 al 180 A.C, fue considerado el ideal de líder sabio. Nos dejó una serie de reflexiones conocidas como Las Meditaciones o Pensamientos. Se parecen más a un diario que a un tratado de filosofía.

Marco Aurelio recurría a la filosofía, en particular al estoicismo, para encarar las dificultades. Sus Meditaciones revelan que controlaba sus emociones mediante las creencias. Pensaba que la naturaleza se manifiesta con absoluta perfección y que uno debe aceptar el pasado, lo que no se puede cambiar o lo que otros sienten de corazón.

Sé más estoico

Focalízate en gestionar la emoción; en concreto, las emociones que no te ayudan.

El estoicismo como filosofía realmente va de tus actitudes; de tu mentalidad.

Lo sepan o no, los campeones, los virtuosos y los maestros son todos estoicos. Aguantan el dolor o las dificultades sin quejas ni remordimientos. Controlan lo que pueden controlar. Viven centrados en el momento. Se toman las situaciones de una en una: partido a partido.

No se centra tanto en los principios o en la ética. Más bien recopila un conjunto de ejercicios espirituales diseñados para ayudar a la gente a superar las dificultades de la vida.

El miedo es un buen siervo, pero un mal amo. — Diego Dalvera.

El estoicismo te vacunará contra los miedos infundados y nebulosos, impedirá que el temor a perder calidad de vida te acobarde y te robe tus sueños. Al ensayar situaciones próximas al peor caso posible, te darás cuenta de que no son tan graves y eso te dará un poder extraordinario.

(Descubre cómo superar la ansiedad y el miedo en menos de 10 minutos)

Tomarás mejores decisiones, te facilitará dar los pasos necesarios para emprender tu propio negocio, terminar una relación o encontrar un trabajo nuevo.

Es como si pasaras por un programa de desintoxicación o de limpieza.

¿Qué es el estoicismo?

Google ofrece una definición bastante aceptable del estoicismo:

Escuela filosófica griega y grecorromana fundada por Zenón de Citio en el siglo iv a. C. Enseñaba que el bien no está en los objetos externos, sino en la sabiduría y dominio del alma, que permite liberarse de las pasiones y deseos que perturban la vida.

Se trata de separar cómo ocurren las cosas en este mundo de tu respuesta emocional ante ellas. Consiste en esforzarse por separar lo que puedes controlar —tus emociones internas y pensamientos— de lo que no puedes controlar —el resto del mundo. La finalidad es ir ganando objetividad para ver las cosas tal cual son.

Al tomar esta perspectiva, observarás pronto que la mayoría de tus emociones y deseos realmente no hacen tu vida más plena, sino que a menudo la empobrecen.

¿Esto va de pasarlo mal, de privarse de todo o creerse mejor que el resto?…

Para nada. Se trata de producir efectos dramáticos en tu mundo real. Se aplica -o se podría aplicar- a todo el mundo. La idea es experimentar con tu limitaciones y crecer. Tocar nuestros miedos de vez en cuando para expandir nuestra zona de seguridad. Esto va de practicar el coraje cuando nada nos lo impone. Se trata de ponerte tú mismo retos que te hacen más fuerte para afrontar los cambios.

Sufrimos más por causa de nuestra imaginación que por las realidades de nuestra vida.

Incorpora estos principios del estoicismo para ganar fluenting:

Reconoce que todas las emociones provienen de dentro y que nosotros creamos nuestros sentimientos.

Tendemos a reaccionar sin pensar y por eso no nos damos cuenta de que la respuesta viene de nosotros.

Tú tomas la decisión sobre si quieres o no quieres algo. Tú decides si algo te gusta o no. No depende de otro, del lugar, la cosa o la idea. Basta de atribuir tus emociones y sentimientos al estímulo que los detona. Es decir, tú eres quien produce la saliva; no es el chuletón de ternera el culpable.

Esta es una de las claves del éxito personal, profesional y financiero. Tú eres el creador de tus respuestas emocionales. Tú las puedes cambiar, encender o apagar si así lo eliges. Están dentro de ti.

Encuentra a un Mentor Fiable

Un guía experimentado te ayudará a tomar mejores decisiones al entender sus consecuencias.

Un familiar de confianza, un sacerdote o pastor, o un profesional reputado pueden ser de valor incalculable cuando las emociones te nublan el juicio.

Todos tenemos fracasos, pero la vida continúa

Tememos mil cosas y el miedo es una emoción poderosa. Fracasar es algo muy negativo para la mayoría. Si dejas que el temor a fracasar te impida probar cosas, perderás oportunidades muy valiosas.

Sin riesgo no hay gloria. Asume riesgos que merezcan la pena y arriésgate a fracasar. Aprenderás algo valioso de esa experiencia.

Evalúa los pros y los contras, ¿ves asumible el peor caso posible? Si es así, acepta el reto. Si tienes mucho que ganar y nada que perder arriésgate a fracasar sin dudarlo.

Determina tu propósito y prepárate

Para ser más estoico aprende a evaluar a la gente, las cosas, las situaciones y las ideas sin que la emoción nuble tu juicio. Para lograrlo te harán falta vivencias, conocimientos y la capacidad de aplicarlo todo a las circunstancias actuales de tu vida.

Si quieres algo y no sabes cómo lograrlo, no te rindas. Ve a tu biblioteca más cercana o investiga en internet. Conforme aprendas qué es necesario para alcanzar tu meta irán desapareciendo tus miedos y dificultades previas.

Sé honesto contigo mismo

Procura conocerte un poco mejor. No exageres tus defectos ni tus cualidades. Acepta dónde estás y ponte en marcha para llegar donde quieres ir.

No seas cruel contigo mismo o con los demás. Aprende a tener tacto, pero sé lo más sincero posible.

Usa tu tiempo productivamente

El estoicismo busca el desarrollo de la persona y de la confianza en ella misma. Requiere de inteligencia emocional. Sirve de método experimental para distinguir lo que queremos de lo que necesitamos. Nos ayuda a educar nuestros apetitos para que no nos devoren.

Para tu desarrollo personal, adquirir conocimiento, ponerte en forma, y avanzar en todo lo que quieres suscríbete hoy a Fluenting.

El reto de muchos es gestionar mejor su cheque de 24 horas diarias para progresar en varios aspectos de su vida. (Mejora tu Productividad – Recupera 20+ Horas de Cada Mes.)

Toma nota de cómo empleas tu tiempo. Anótalo en tu diario. Reflexiona. Empieza a identificar oportunidades y reestructura tu agenda para hacer todo lo que realmente deseas.

Estrategias para triunfar estoicamente

1. No malgastes tu tiempo preocupándote por personas vanidosas que no tienen impacto positivo sobre los demás.

Afecta en gran medida a tu calidad de vida con quién eliges pasar tu tiempo. Invierte tu tiempo, tu energía o tu dinero en personas que te ayuden a sacar lo mejor de ti mismo. Focalízate en los pocos que marcarán la diferencia. Aprecia y aprende de lo que hacen, piensan y dicen. Tus recursos son limitados, no los desperdicies.

Ayuda a los demás, pero no lo hagas a costa de la ansiedad, los pensamientos frívolos o la destructividad.

No concedas a las pequeñeces de la vida más tiempo del necesario. Da a cada cosa la atención que merece.

2. Vive en el presente

Tu vida es ahora. Lo relevante ocurre en este momento. Nada ganas ausentando tu mente de donde se encuentra tu cuerpo.

3. Resiste la tentación de imponer tus sentimientos sobre la realidad

El emperador Marco Aurelio sufrió asedios, rebeliones y muertes constantes (incluida la de su mujer y su mejor amigo). Además se dio cuenta de que su hijo Cómodo estaba destinado a ser un mal dirigente.

Pero al descontar sus sentimientos la percepción de la situación cambiaba. Podía tener empatía por la gente que le decepcionaba y aceptar las pérdidas que tanto le dolían, puesto que nada en la naturaleza —como la muerte y la vejez— son malas.

4. Haz del obstáculo una oportunidad

Estoico es aquel que transforma el miedo en prudencia, el dolor en cambio, los errores en una iniciación y los deseos en compromiso.

5. Encuentra paz dentro de ti mismo

No hace falta irse de vacaciones a la playa o a esquiar para encontrar descanso. Medita brevemente. Tranquiliza tu mente. Siéntate en silencio, pasea a solas para encontrar la paz que llevas dentro.

6. No guardes rencor por la forma de ser de la gente

No intentes cambiar el carácter de la gente, incluso cuando te hayan causado algún mal. Deja de pedir peras a los olmos. No guardes rencor a la higuera porque no te gusten los higos.

7. Tú eres el único responsable de tu propia felicidad

Elige no ser herido —y no te sentirás herido. No te sientas herido —y no te habrán herido —Marco Aurelio.

Tampoco dejes que la adulación de otros te embriague. No te definas por cómo otros te ven. La única forma de que te hagan daño es que les dejes empobrecer tu carácter.

8. Sé consciente de tu mortalidad

¿Y si este fuera tu último día? Deja que eso determine lo que dices y piensas. No temas la muerte inevitable, toma conciencia de lo efímera que es nuestra vida. Serás más libre para lograr lo que deseas.

También verás a la gente tal como es, más allá de las máscaras y los valores impuestos por la estructura social. La vida y la muerte, el éxito y el fracaso, el dolor y el placer, la riqueza y la pobreza, todas estas cosas les ocurren a justos y pecadores. No son nobles o vergonzosas —y, por tanto, no son buenas o malas.

Más Fluenting — Sigue avanzando

Todo pasa. Lo que importa es tu propio viaje personal. Reflexionar y meditar son actividades importantes, pero lo que marca la diferencia es tu impacto sobre los demás. Cómo ayudas a otros a la vez que conectas más profundamente con lo que significa ser humano.

Marco Aurelio se escribe a sí mismo: "Haz lo que la naturaleza pide. Muévete. No te preocupes por si te darán o no crédito por ello. No esperes un mundo ideal. Alégrate incluso del menor de los progresos y considera el resultado de todo como algo sin importancia."

CINCO CITAS DE SÉNECA SOBRE EL ESTOICISMO PARA SUPERAR TUS RETOS

  • "Ningún luchador puede ir con la moral alta a la lucha si nunca fue golpeado y abatido. El único participante que puede, con confianza, entrar a la lista es el hombre que ha visto su propia sangre; aquel cuyos dientes crepitaron bajo los puñetazos de su oponente; el que ha tropezado y caído por toda la fuerza del embate de su adversario;aquel que abatido en cuerpo no abatió su espíritu; aquel que cada vez que cayó; resurgió con mayor desafío que nunca."
  • "Nosotros tenemos el hábito de exagerar, imaginar o anticipar el dolor… Lo que yo digo ligero, tú pretendes gravísimo. Conozco algunos que ríen entre los latigazos, otros que gimen con puñetazos. Consideremos, una de dos: o esto acontece en virtud del evento en sí mismo o por causa de nuestras debilidades… Quien se aflige antes de tiempo, se aflige más de lo necesario."
  • "Intimemos con la pobreza para que la fortuna no nos pille desprevenidos. Seremos ricos con mayor comodidad si entendemos lo lejos que la pobreza queda de ser una carga."
  • "Esta es la prueba más certera que un hombre puede tener de su propio autodominio; si no busca los lujos ni se queda fascinado por ellos. Muestra mucho más coraje al permanecer sereno y sobrio mientras la muchedumbre está vomitando borracha. Pero muestra aún mayor valentía cuando en lugar de apartarse de las masas se queda para hacer las cosas de un modo distinto."
  • "Cuando te desafíes a vivir sin lujos ni caprichos, repítete a ti mismo:'¿es esta la situación que tanto temía?' El alma debería fortalecerse antes de encontrar las situaciones de mayor estrés. Mientras la fortuna te sonríe fortalécela contra su violencia."

Los obstáculos marcan el camino: da tu siguiente paso

Usando las herramientas del estoicismo podrás navegar el mundo actual y mantener el control de tu vida. Te ayudará a dar más sentido al mundo que te rodea y tomar mejores decisiones que te conduzcan al éxito personal, financiero y profesional.

“Lo que impide la acción ayuda a su avance. Lo que obstaculiza el camino se tranforma en el camino.” —Marco Aurelio

Si quieres cambiar tu vida a mejor, suscríbete totalmente gratis a Fluenting y empieza tu transformación.

Vence estoicamente tus temores fue originalmente escrito para: Fluenting



source https://www.fluenting.com/vence-estoicamente-tus-temores

martes, 28 de diciembre de 2021

¿Te falta motivación para adelgazar?

Primero visto en: https://www.fluenting.com/

¿Has intentado adelgazar varias veces y vuelves a dejarte vencer por los dulces y otros pecados? ¿Piensas que tendrías que hacer más ejercicio, pero te puede la pereza?

Para adelgazar de forma consistente y no volver a perder kilos, no es solo cuestión de saber qué comer o qué ejercicio hacer. El tipo de motivación que tengas durante la dieta tiene un gran impacto en tu resultado final. Si has probado algunas ideas para motivarte, pero aún así, te has venido abajo en mitad de la dieta, sigue leyendo. En este post vas a descubrir qué funciona y qué te lleva directamente a caer en la tentación.

La recompensa...

“Si adelgazo 4 kilos este mes, me premiaré con una pizza o me iré de viaje a la playa con la familia”. Lo primero que sueles pensar al ponerte a dieta es incentivarte con una recompensa.

Estos premios, aparentemente apetecibles, no mantienen la motivación a largo plazo. Es cierto que la “zanahoria” refuerza el comportamiento que quieres ver. Pero por mucho que te guste el premio, si no disfrutas del proceso de adelgazar, perderás la motivación y volverás a los viejos hábitos que te harán engordar.

El palo...

El ejemplo más típico de la motivación tipo “palo” es el de poner una foto actual en calzoncillos pegada al frigorífico. La intención es que cuando vayas a picar algo y veas tu barriga en la foto, te sientas tan mal que no quieras abrir la puerta de la nevera.

Otro ejemplo, menos común, es el de transportar durante unos minutos al día tanto peso como te sobre. Por ejemplo, si te sobran 10 kilos, puedes caminar con una garrafa de 5 litros de agua a cada lado.

El objetivo es hacerse consciente de lo incómodo que es ir con 10 kilos de más a todas partes. Si llevas mucho tiempo con sobrepeso es posible que te hayas acostumbrado y te venga bien este ejercicio. Sin embargo, si sigues como única estrategia el palo, puede que acabes deprimido y pensando: ¡qué gordo estoy!, pero sin adelgazar ni un gramo.

El palo y la zanahoria pueden ser útiles si los usas como pequeñas ayudas, pero necesitas algo más: una motivación intrínseca.

Para adelgazar de forma consistente y no volver a ganar kilos, no basta con huir de los castigos y perseguir recompensas. Necesitas una motivación 3.0…

Antes de ponerte a dieta es importante que tomes la siguiente decisión:

¿Pido ayuda o no?

Respuesta: depende. Si quieres adelgazar sin más, pide ayuda a un profesional. Puedes hacer lo que él diga y adelgazar más rápidamente que si lo hicieras solo. .

PEEEEERO… si lo que quieres es adelgazar definitivamente y cambiar tus hábitos, necesitas ver tu proyecto como una inversión de salud a largo plazo. Pedir ayuda es bueno, pero quizá te compense también saber algo de nutrición y ejercicio.

Conozco a una mujer de unos 50 años que adelgazó 25 kilos con ayuda de un nutricionista. Estaba muy contenta. El problema es que cuando dejó de necesitar ayuda, volvía a engordar o le subía el colesterol y no sabía qué hacer.

Pedir ayuda es bueno, pero no te recomiendo que lo dejes todo en manos de un profesional. Aprende tú también a comer y a mantener tus nuevos hábitos. Probablemente no solo quieres adelgazar; también quieres mantener un estilo de vida saludable durante muchos años...

Consejo: Ya que vas a hacer el esfuerzo de adelgazar, asegúrate de que lo que haces tenga resultados permanentes.

La motivación 3.0… “La Buena”

¿Cómo puedes adelgazar definitivamente y no perder la motivación por el camino? Si estás harto de empezar con las dietas y no terminarlas nunca quizás el problema no es la dieta que sigues. Es posible que necesites desarrollar una motivación 3.0. Responder a las siguientes preguntas te ayudará.

  1. ¿Quieres adelgazar por ti mismo o por algo o alguien de fuera? Si no lo haces por ti mismo, la motivación te durará poco, aunque te ayudes de la zanahoria y el palo. Aclara cuántos kilos quieres perder y una fecha realista que sea creíble para ti.
  2. ¿Sientes el impulso de mejorar cada día? Es importante que decidas seguir tu camino hasta el final. Es frecuente ver a gente que quiere abandona la dieta cuando solo ha perdido la mitad de lo que quería. No veas la comida sana y el ejercicio como un hábito temporal para adelgazar. Por el contrario, piensa que es para siempre y que te gusta mejorar cada día más. Conforme consigas vayas consiguiendo tus metas, fíjate objetivos nuevos. Así serás más constante y llegarás hasta el final de tu meta.
  3. ¿Por qué quieres adelgazar? Procura tener un propósito que vaya más allá de estar más guapo. Tendrás más éxito a la hora de perder peso si tienes una causa más grande que tú mismo. Por ejemplo, te puede ayudar pensar en que tus hijos se merecen un padre más sano cuanto antes.

Si hasta ahora has fracasado en tus intentos de adelgazar, no estabas utilizando la motivación correcta. Los palos y las zanahorias no bastan para ser constante en tu dieta. Además, abusar de ellos te acabará frustrando.

Si en algún momento de la dieta flojeas y te dan ganas de hincharte a comer o no hacer el ejercicio del día, tal vez necesites más motivación 3.0.

(NOTA: ¿Sientes que algo te frena constantemente para conseguir tus metas? Descubre aquí las claves para fluir en todas las áreas de tu vida)

El anterior artículo ¿Te falta motivación para adelgazar? fue originalmente escrito para: Revista Fluenting



source https://www.fluenting.com/falta-motivacion-adelgazar

lunes, 27 de diciembre de 2021

Cómo ser más auténtico y disfrutar tu vida— (Parte II)

Primero escrito para: Blog de Fluenting

En la parte I, te comenté algunas claves para ser más auténtico. Además descubriste:

  • Qué hacer cuando tu vida no te llena
  • Cómo tomar decisiones que te llevan a buen puerto
  • Cómo seguir tu propia senda en la vida

Hoy te ayudaré a encontrar y disfrutar tu propio camino.

No ignores tu propia historia

Interpreta los acontecimientos clave que marcaron tu vida. Así evitarás repetir los errores del pasado. Esta es una tarea que muchas personas prefieren ignorar por miedo a revivir el pasado.

Los que ignoran su propia historia se condenan a sí mismos a darse contra la misma piedra. Y peor aún, cargan sobre sus hijos la hipoteca por no haber hecho los deberes.

Si quieres experimentar una mayor satisfacción personal tendrás que aceptar primero, y superar después, las hipotecas heredadas, los errores y las carencias del pasado. Para ello necesitarás decisión y coraje. Esfuérzate por percibir las cosas tal cual son ahora.

Acepta la vida en toda su dimensión sin rechazar lo que no te gusta. Toda moneda tiene su cara y su cruz; sin una de estas caras sería falsa y de nada valdría.

Párate dos o tres tardes a describir en papel las 5 experiencias que han tenido más peso en tu vida. Identifica los patrones que se repiten en tu historia y conecta los acontecimientos clave de tu vida. Pregúntate…
¿Adónde apunta todo esto? ¿Qué mensaje positivo podría sacar?

Ten la valentía de ver tu vida con perspectiva. Busca inspiración en ella. Descubre tus raíces. Comparte esas historias con otras personas, si lo consideras oportuno. Transmíteles tus valores, tus inquietudes y date a conocer ayudando a los demás a entender qué es importante para ti y qué te propones.

Levántate y anda. No estás muerto en vida

Te sientes muerto en vida cuando tienes que sepultar tu verdadero ser; cuando sientes que para satisfacer alguna de tus necesidades, no tienes otro remedio que fingir; cuando no te paras a entender quién eres, cuáles son tus orígenes y qué es importante para ti; cuando te dejas llevar por el viento, sin goce, ni propósito, ni destino alguno; cuando te sientes descentrado, indeciso y actúas desde el miedo; cuando te escondes en tus actos porque temes lo que otros pueden pensar lo qué dirás o qué harás.

Cuando eres más tú mismo y tienes claridad, tomas mejores decisiones a pesar de los riesgos; tus acciones son más genuinas a pesar de las consecuencias.

Postergar las decisiones o no decidir es una decisión pasiva. La pasividad es lo más parecido a la muerte en vida. Una piedra o un tronco a la deriva no deciden, reaccionan ante los golpazos. Decidir te da vida y refleja tu poder humano.

Evadirte o comerte lo que te preocupa o te duele te conduce a un hábito perdedor. Tampoco se gana mucho haciendo el bestia, es decir, cuando descargas impulsivamente tu frustración o tu agobio sobre otros. La única salida viable es poner más conciencia.

Haz lo posible por identificar qué necesitas realmente y qué es lo correcto en esta situación. Es importante esforzarse por tomar decisiones constructivas que mejoren tu vida y la de los demás.

Busca a tus héroes

La violencia es el plato del día. No es noticia si no sangra o chilla. El miedo y la intimidación son una forma de control. Pero tú puedes elegir y comer a la carta. ¿Quiénes son tus héroes? ¿Cuáles son tus modelos humanos favoritos? Tu imaginación se nutre de lo que percibes. No le des comida basura.

Inspírate en tus héroes, destierra la desilusión y fortalece tu actitud. Sumérgete en biografías inspiradoras y películas que estimulen tus mejores sentimientos. Te ayudarán a salir del descontento y la desesperanza. También te animarán a apuntar más alto y con más resolución.

Puedes aprender mucho, tanto de tus héroes como de tus antihéroes. Identifica tus valores vitales. ¿Por qué son importantes para ti? Cuando los tengas claros, te impulsarán a defender tu vida y tu libertad de toda forma de tiranía.

Encuentra un porqué y aparecerá el cómo

Las razones por las que haces las cosas son más importantes, incluso, que tus aspiraciones y tus sueños.

Todos los héroes demuestran coraje. Pero, ¿quién puede tener coraje sin un porqué? Y quién no encuentra el valor cuando la causa es digna. ¿Qué padre, por mucho que tema al océano embravecido, no se lanzaría al rescate de su hija pequeña cuando se la quiere tragar la mar?

Si tu motivación es fuerte, el compromiso con tus metas y con la vida que quieres también lo será. Conecta con un gran porqué y tendrás la mitad del camino hecho.

La idea de libertad es muy atractiva para todos, pero ¿por qué y para qué quieres ser libre? Esa es la pregunta importante. ¿Qué piensas hacer con tu libertad? ¿Por qué quieres conseguir lo que te propones?

El cuerpo no sigue a la cabeza, sino al corazón. Para llegar a tu destino, lanza tu corazón por encima de tus obstáculos y el resto de tu cuerpo le seguirá. ¿Qué más quieres que no tengas ya? ¿Por qué es tan importante para ti? Como un niño, pregúntate por qué una y otra vez, indaga en tus argumentos. ¿Te convencen? Profundiza en la razón de ser de tus propósitos. Encontrarás verdadera energía para financiar tus proyectos vitales.

Aprende a conducir y lleva tu vida donde quieras

Si sientes que nunca tienes la vida que quieres, quizá venías de un lugar mucho más oscuro y abismal de lo que creías. Tal vez has hecho más de lo que crees y tienes más de lo que piensas. Mira hacia atrás y aprecia lo mucho que has recorrido. Cada uno de nosotros cumple una función vital. Tu vida no es en vano. Apréciala por un instante.

El liderazgo es la capacidad de conducir tu vida y contribuir a un mundo mejor para ti y para la gente. Es un factor clave en tu viaje a nuevos horizontes personales.

Pretender que otras personas se hagan responsables de tu vida, cuando ya no eres un crío, te hará sentir impotente. Evadir los problemas conduce al estrés crónico, al aislamiento y a ser cada vez menos capaz de gestionar los retos de la vida. No demores la acción ni eludas el riesgo de conducir tu vida. Tal vez puedas culpar a otros de tus penas, pero estarás atrapado en un ‘Fórmula 1’ que no puedes llevar por ti mismo a ninguna parte.

Otro gran peligro al volante es perderle el respeto a la carretera y a los demás. Ir por la vida descontrolado significa dar dos pasos adelante y otros dos atrás. Por supuesto, si hay dificultades irás cuesta abajo, por pura comodidad. Del mismo modo, conducir como un loco ‘tu Fórmula 1’ porque te sube la adrenalina, acabará provocando accidentes, rompiendo el coche y destrozando el viaje a todos.

Tómatelo con calma. Cuando en tu vida tengas que ir a 20 km/h., no vayas a 80 km/h. Si vas demasiado deprisa puede que nunca llegues a tu destino o que asistas a tu funeral antes de tiempo. Mira bien desde qué lugar comienzas realmente el viaje a tus sueños y hacia dónde vas. A veces uno tarda mucho en llegar a su destino porque en realidad no partía desde donde creía.

¿Por qué no te paras ahora un momento a apreciar simplemente que estás vivo? Celebra también los brotes verdes, por pequeños que sean. No te sabotees despreciando tus logros. Siente placer por cada cosita que hagas aproximadamente bien, que te acerque a tus metas o que te guste. Repón las fuerzas; te ayudará a continuar tu camino.

Quiero felicitarte por llegar hasta aquí. Te aplaudo por tener el coraje de ir a por tus sueños, por muy cerca o muy lejos que puedan estar. Gracias por ser tan raro y no rendirte en tu afán de ser y vivir mejor.

Suscríbete gratis a Fluenting y recibe ideas inspiradoras que te ayudarán a disfrutar de una vida más auténtica.

(*) Nota: Este artículo ha sido extraído del libro de Diego Dalvera "Llegar a Todo —Cómo Fluir en Todas las Áreas de la Vida". Puedes comprarlo aquí.

El artículo Cómo ser más auténtico y disfrutar tu vida— (Parte II) fue inicialmente publicado en: Revista Fluenting



source https://www.fluenting.com/mas-autentico-disfrutar-vida-parte-ii

domingo, 26 de diciembre de 2021

Cómo ser más auténtico y disfrutar tu vida— (Parte I)

Disponible en: https://www.fluenting.com

¿Te acuerdas de ‘Matrix’? Neo tenía la sensación de estar viviendo una especie de farsa. Sentía que algo no iba del todo bien en su realidad. Llevaba una doble vida: por las mañanas fingía ser como los demás, un trabajador normal y corriente; por las tardes intentaba averiguar qué era Matrix, con la esperanza de encontrar una respuesta.

Vive tu propia vida, no la de otro

Cuando uno sacrifica aspectos importantes de su vida por motivos de trabajo, familiares o, simplemente para encajar, suele llevar su vida con cierta desesperación. Es inevitable.

No sé tú, pero yo me he sentido desbordado muchas veces. Pretendiendo llegar a todo, sin querer soltar nada. Fingiendo estar ahí para los demás, viviendo el día a día como si ya supiera exactamente quién soy y lo que quiero, perdido como un nómada en busca de sus raíces.

Mi vida empezó a fluir una vez que aclaré lo que realmente era importante para mí y aprendí a respetarlo. El viaje a esa vida más plena y auténtica continúa. Ahora la aventura es más emocionante, el propósito está más claro, las decisiones son más fáciles y lo fundamentos de mi vida están mejor asentados.

Quiero decirte que tienes potencial suficiente para conseguir que tu vida fluya. Disfrutar de una vida más satisfactoria conlleva entender lo que necesitas.

¿Sabes ya lo que realmente quieres en tu vida? Sé sincero contigo mismo. Te invito a que aclares lo que deseas y busques constantemente formas de ganar en todas las áreas de tu vida. No sacrifiques unas a costa de otras. Así podrás encaminarte a un futuro más prometedor.

¿Lo que haces no te llena?

¿Cuando estás en casa o con tu jefe no eres del todo tú? Tal vez querrías decirle a tus seres queridos todo lo que piensas, pero te preocupan las consecuencias y no saber exactamente cómo hacerlo.

La claridad es poder y la necesitarás para avanzar sin temor. Cuando no ves bien, te puedes dar un golpazo, ir en dirección contraria a tu destino o acabar tirando piedras contra tu propio tejado.

Si no estás satisfecho con tu vida, es hora de cambiar las cosas. Si algo no va bien, no cierres los ojos. A largo plazo no funciona (y suele generar culpa y resentimiento).

Para hacer tu vida y no la de otro, averigua lo que de verdad te importa y cómo puedes conseguirlo. Comprométete con esa búsqueda y hallarás la respuesta.

Elige una vida que te llene más

Tomamos decisiones por el mero hecho de estar vivos. Las decisiones que llevamos a término revelan más que ninguna otra cosa quienes somos. El economista de la conducta Dan Ariely, autor de Las Trampas del Deseo, muestra cómo nuestras decisiones tienden a ser mucho más irracionales de lo que pensamos por el peso de nuestra percepción y nuestras emociones.

Tus decisiones revelan quién eres. Habrás oído aquello de que “por sus frutos los conoceréis”. Todo fruto y todo acto viene precedido por una decisión que nace del corazón (emocional), que incorpora tus experiencias pasadas, tus percepciones y tus criterios.

Deja que tus valores sean tu guía de viaje y el suelo que pisas. Alinea lo que haces con tus valores y, poco a poco, tus resultados serán más significativos. Para aprender a decidir mejor, presta atención a las consecuencias de tus decisiones. Así llegarás antes a mejor puerto, afinarás tu intuición y, por tanto, la calidad de tus corazonadas.

Recuerda que una vida entera se puede ir al retrete por tomar malas decisiones. Pondré un ejemplo extremo:

Pedro, un tío estupendo con dos carreras y tres hijos, bebe un pelín de más el sábado por la noche en una reunión de amigos. Aunque no le parece bien del todo decide, en un exceso de confianza y de imprudencia, coger el coche un poco achispado, porque no quiere gastarse en un taxi, que es muy caro. Después de atropellar a un niño minutos más tarde, esa (estúpida) decisión habrá sido la más cara de su vida, le convertirá en un criminal y hará desgraciadas a su familia y a la del niño.

Las decisiones, meditadas o no, dan forma a tu vida. Lo que haces es fruto de una decisión previa. No siempre somos conscientes de todas las motivaciones que nos llevan a actuar de un modo u otro. Para que tu corazón y tu cabeza trabajen juntos en tus resoluciones, esfuérzate por aclarar quién eres. Piensa dónde quieres llegar y por qué, cuáles son tus metas y cómo harás ese viaje.

Sé auténtico

Intentar manipular a los demás o querer caer bien a todos es una receta infalible para la infelicidad. No basta con que tengas más claro lo que importa. Si no actúas conforme a tus valores no estarás a gusto en tu propia piel, o acabarás justificando todo lo que hagas.

¿Qué puedes hacer para ser más tú?

Siéntate en silencio tranquilamente un rato cada día, sin hacer otra cosa. Aclara tus prioridades. Define lo que te propones conseguir y por qué. Después busca formas creativas de expresión. Incluso puedes empezar a escribir, pintar o tocar algún instrumento.

Alinéate con tus valores y te sentirás más a gusto. Observa tus hábitos actuales y destruye creativamente los que ya no te sirven. Los rituales que incorpores te pondrán rumbo a un destino. Si quieres llegar a todo y disfrutar de más armonía en tu vida, cuida y afina tus rituales.

Si necesitas cambiar un hábito, ten preparado otro para reemplazarlo. Empieza poco a poco y celebra los avances.

Sigue tu propia senda. La reconocerás porque te permite descubrir y reflejar tu verdadero ser. Asegúrate de que tus acciones se alinean con tus valores y tus metas. Muchas veces no podemos cambiar el camino que nos toca andar, pero podemos aprender a caminarlo mejor, con más alegría, con una intención más clara y dejando una huella útil para nuestros semejantes.

No te pierdas “Cómo ser más auténtico y disfrutar tu vida — (parte II)”. Te ayudará a encontrar y disfrutar tu propio camino.

(*) Nota: Este artículo ha sido extraído del libro de Diego Dalvera "Llegar a Todo —Cómo Fluir en Todas las Áreas de la Vida". Puedes comprarlo aquí.

El anterior blog post Cómo ser más auténtico y disfrutar tu vida— (Parte I) se ha publicado de: https://www.fluenting.com/



source https://www.fluenting.com/mas-autentico-disfrutar-vida-parte-i

sábado, 25 de diciembre de 2021

Motivación personal — Descubre la tuya (parte II)

Por cortesía de: Fluenting

Continuamos con la motivación personal. En la parte I, te hablé de tres tipos de motivación.

Te comenté que los factores clave de una motivación intrínseca son...

  1. Autonomía — el deseo de dirigir tu propia vida y tu trabajo.
  2. Maestría — el impulso de ser mejor en algo que importa.
  3. Propósito — el anhelo de hacer algo que contribuya a una causa más grande que tú mismo

La motivación extrínseca (1.0 y 2.0) se alimenta de nuestros instintos.

Nuestros comportamientos indican si la motivación es externa o interna. La motivación extrínseca funciona porque todos estamos diseñados para sobrevivir, evitar el dolor y perseguir el placer. Nacemos con un sistema nervioso capaz de aprender a base de amenazas de muerte, palos y zanahorias. Hasta aquí nada nuevo.

La motivación intrínseca es diferente.

No se nace con ella. Se aprende. Podemos movernos con una fuerza sin igual: nuestra voluntad. Gracias al desarrollo de nuestro sistema nervioso y del neocórtex, en lugar de ser esclavos de los instintos, tenemos margen para actuar libremente. Al menos mucho más que otros seres vivos.

Este libre albedrío permite comportamientos que no vienen de serie. Nuestra libertad es un ‘extra’ que amplía nuestra autonomía y adaptabilidad. Se ejercita haciendo las cosas a propósito (en lugar de sin querer, o porque te obligan). Esta flexibilidad es un potencial que nos sirve para superar las adversidades, ser diestros en lo que elijamos, aprender con alegría y pasión, sobrevivir y crecer óptimamente, sin caer en la pedagogía venenosa que cree que la letra con sangre entra. 

A la larga, hacer las cosas porque tú quieres, compensa. Actuar con libertad genera resultados superiores que si te mueves por presiones externas.

Para dejarlo bien claro: hacer algo porque uno quiere no significa despreciar el dinero, ni el reconocimiento o trabajar por menos de lo que valen tus servicios. Significa que esas recompensas tienen su mérito, pero juegan un rol distinto porque no son lo único que te importa.

¿Cómo aumentar tu autonomía?

Sentimos que ‘mandamos sobre nuestra vida’ en la medida en que tenemos control sobre estas 4T's:

  • Tarea — Elegir a qué actividades nos dedicamos
  • Tiempo — Escoger cuándo hacemos nuestras tareas
  • Técnica — Decidir cómo hacer nuestro trabajo
  • Tribu — Establecer con quién colaboramos

Si te sientes atrapado o desmotivado repasa estas 4T's, identifica qué te falta y busca soluciones.

Y para ser realmente bueno en algo, ¿qué necesitas?

En primer lugar hace falta una condición previa: fluir.

Fluir significa que la dificultad de la tarea que tienes por delante está en su justa medida: no es tan fácil que te resulte aburrida, ni tan difícil que te agobie o te parezca imposible. Fluyes cuando el reto está a la altura de tu preparación actual. En estado de flujo, la actividad te absorbe; el tiempo pasa más deprisa, casi sin sentir.

Entrar en ese fluir una y otra vez es necesario para ser un maestro, pero no es suficiente. Se requieren otras tres cualidades más:

  1. Mentalidad adecuada — Comprender que cualquier destreza es infinitamente mejorable. Todo se puede hacer un poco mejor.
  2. Aguante — Estar dispuesto a esforzarse para adaptarse al reto, aprender y crecer. Estar dispuesto a pagar el precio: aceptar el dolor y la ansiedad que conlleva ser grande en algo.
  3. Deportividad — Más alto, más rápido, más lejos. Hablamos de humildad. Se trata de progresión, no de perfección. La perfección —como el horizonte— no está para ser alcanzada, sino para orientarnos y servirnos de inspiración y guía.

¿Para qué sirve un propósito y cómo se llega a tener uno?

Un propósito es simplemente una causa mayor y más duradera que nosotros mismos.

De serie, todos los seres vivos hacen cuanto está en su mano para sobrevivir. Solo los seres humanos, que saben que algún día han de morir, tienen una opción extra (no es obligatoria). ¿Cuál es ese ‘extra’ específicamente humano? Sencillamente que las personas pueden dar a su vida un sentido más hondo que la mera supervivencia.

Un propósito armoniza y da un contexto a nuestra autonomía y potenciales. Es decir, que podemos dar sentido a nuestra vida. Tenemos el poder de trabajar por algo que merece la pena (la esencia del amor). Cada uno decide qué legar a la humanidad para facilitar o dificultar su supervivencia, su crecimiento y su expresión libre, consciente y creativa.

¡Vivir es un arte, no una ciencia! 

Ser práctico no debe de estar reñido con hacer aquello que tiene sentido para ti. Por ejemplo, puedes ganar dinero con tu negocio y hacer de este mundo un lugar mejor. La productividad o la competitividad son compatibles con el honor, la belleza o la bondad.

¿Qué es más importante para una vida plena, el dinero (utilidad) o el propósito (finalidad)?

Un grupo de investigadores fueron a buscar la respuesta entre la población de universitarios. Algunos estudiantes tenían aspiraciones extrínsecas, como ser ricos o famosos. Otros las tenían intrínsecas, se proponían ayudar a otros a mejorar sus vidas, aprender y crecer.

Haciendo seguimiento dos años después de su graduación el grupo de motivación personal intrínseca, tenía menos ansiedad y menos depresión, mayor bienestar y satisfacción que cuando estaban en la universidad.

Los otros, de motivación personal extrínseca, no eran más felices. Peor aún, tenían más ansiedad, depresión y otros indicadores negativos a pesar de haber conseguido o estar realizando sus metas.

Creer que para ser feliz basta con tener metas puede llevarte por una vía de autodestrucción. No basta con tener metas, hace falta que tus metas tengan sentido.

El futuro pertenece a los que conecten con una mayor motivación que la recompensa o castigo. Para gozar de una vida más plena necesitas una motivación personal intrínseca. Ese tipo de motivación personal proviene de nuestro deseo profundo de dirigir nuestras vidas, expandir y aumentar nuestras destrezas y llevar una vida cargada de sentido.

Plan de acción para desarrollar tu motivación personal

Pon en marcha tu motivación 3.0 aplicando una o varias de estas ideas:

Estrategia #1: Fomenta un estado de flujo

Por ejemplo, haz que el reloj de tu móvil o de tu ordenador salte por azar en 30 momentos distintos. Cada vez que suene pregúntate qué estás haciendo, cómo te sientes y si te sientes fluir.

Anota tus respuestas y busca los patrones:

  • ¿En qué momentos te has sentido fluir? ¿En qué trabajabas? ¿Cómo lo hacías? ¿Con quién?
  • ¿Cómo podrías reestructurar tu día a día basándote en lo que has descubierto?
  • ¿Qué has averiguado sobre tu auténtica fuente de motivación intrínseca?

Estrategia #2: Hazte una gran pregunta

Para conectar con tu propósito imagina que una gran frase resumiera tu vida, ¿cuál sería?

Por ejemplo:

  1. Inventó un dispositivo que hizo la vida de los enfermos del corazón más amable.
  2. Fue un padre excepcional de 2 niños felices que se convirtieron en adultos sanos, libres y asombrosos.

Estrategia #3: Concreta tu propósito

Contesta en una sola frase a cada una de estas dos preguntas para resumir tu propósito:

  1. ¿Qué hace que te levantes cada mañana?
  2. ¿Qué te mantiene aún despierto a última hora de la noche?

Estrategia #4: Acércate 5 pasos a la maestría

Según el psicólogo Anders Ericsson una 'práctica deliberada' es la clave para llegar a ser un maestro. Estos son los pasos:

Paso 1: Recuerda que solo hay un objetivo: mejorar el desempeño. Así que no hagas siempre lo mismo, haz cambios, fíjate metas nuevas y esfuérzate por llegar un poco más lejos cada vez.

Paso 2: Repetir, repetir y repetir. Un profesional del baloncesto no hace 10 tiros libres al final del entrenamiento; hace 500.

Paso 3: Busca feedback constantemente de alguien con criterio. Si no sabes qué estás haciendo mal, no sabrás que necesitas mejorar.

Paso 4: Focalízate sin piedad donde necesites ayuda. Tendrás que entrenar tus fortalezas y trabajar para reducir tus debilidades.

Paso 5: Asume que el proceso será física y mentalmente extenuante.  Por eso muy pocos llegan a maestros en algo, pero es lo que hace a los maestros.

Ahora debería quedar claro por qué la motivación extrínseca es insuficiente. Simplemente, los palos y las zanahorias no bastan para estar a la altura de los retos actuales a la hora de organizar, pensar y hacer lo que hacemos.

Para saber más sobre este tema te recomiendo leer: La sorprendente verdad sobre qué nos motiva, de Daniel H. Pink

Es hora de abrazar una motivación personal más significativa. Los elementos esenciales para activar ese proceso de motivación 3.0 son los siguientes:

  1. Autonomía, impulsada por las 4T’s: Tarea, Tiempo, Técnica, Tribu
  2. Maestría, que requiere fluir y la mentalidad de un campeón
  3. Propósito, que supone expresar con libertad quién eres y contribuir a una causa en la que crees.

(NOTA: Si de verdad quieres impulsar tu motivación y conectar con tu poder interior, prueba esto)

Motivación personal — Descubre la tuya (parte II) fue primero publicado en: https://www.fluenting.com/



source https://www.fluenting.com/motivacion-personal-ii

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Motivación personal — Descubre la tuya (parte I)

Disponible en: https://www.fluenting.com

Desencadena tu auténtico poder: aprende a conectar con tu motivación para ganar en todas las facetas de tu vida. Te aguarda un mundo mejor que verás lleno de sentido y de posibilidades.

En este artículo descubrirás tres tipos de motivación. Sabrás cuál de ellas te abrirá las puertas de la felicidad y la productividad.

Conceptual image - way to freedom

Comprenderás también por qué las recompensas externas, como el reconocimiento o los premios, no son siempre la forma más eficaz de motivación para ti, para tu equipo o tus empleados.

Aprenderás a focalizar mejor que nunca todo tu potencial, como si fuera un láser. En primer lugar, encontrarás una causa significativa y duradera a la que contribuir. Luego, te fijarás unas metas acordes con lo que quieres conseguir. Finalmente, buscarás las palabras y las políticas que te den el apoyo necesario para lograr esas metas.

Hay un gran vacío entre lo que la ciencia sabe y lo que se hace hoy día para motivar. Los sistemas educativos, nuestro entorno laboral y la forma de tratar a nuestros hijos se centran en motivaciones externas. Sin embargo, la intimidación o los castigos y las recompensas no permiten un rendimiento óptimo de nuestro potencial.

Motivación 1.0, 2.0 y 3.0 —¿Cuál es la tuya?…

Motivación 1.0

50.000 años atrás la motivación del ser humano era simple: sobrevivir a las amenazas del entorno. Impedir que nos devorase un cocodrilo era la guía principal de nuestras motivaciones. Huir, luchar, comer, descansar y procrear eran las actividades fundamentales en aquel momento.

Durante años funcionó bien, pero conforme las sociedades crecieron y la necesidad de cooperación aumentó, surgió paulatinamente una nueva forma de operar...

Motivación 2.0

A parte de sobrevivir, también buscamos recompensas y queremos evitar el castigo.

Este sistema de motivación refuerza mediante el placer o el dolor el comportamiento que se desea ver.

Pero esta forma de motivar con el palo y la zanahoria ya no funciona tan bien como solía hacerlo. Deja de funcionar porque es incompatible con la evolución de las sociedades contemporáneas, sus empresas y el nuevo trabajador del conocimiento.

No es compatible en tres áreas en particular:

1. Cómo organizamos nuestras actividades
2. Cómo evaluamos lo que hacemos
3. Cómo hacemos lo que hacemos

La motivación 2.0 es incompatible con la forma de organizar nuestro trabajo porque muchos proyectos ya no son de código cerrado, para defender los intereses de un colectivo en competencia con los de otros. Hoy existen nuevos modelos de negocio y de colaboración más sinérgicos y abiertos.

Las iniciativas con afán de contribuir más que de competir, como los proyectos de código abierto, están triunfando. En estos proyectos, los trabajadores regalan su producto y no reciben recompensas externas por sus esfuerzos. Algunas de estas empresas cuentan con millones de usuarios contentos, por ejemplo:

  • El navegador Firefox, tiene 150 millones de usuarios.
  • Linux, creado por una legión de programadores no remunerados, da vida a uno de cada cuatro servidores corporativos.
  • Wikipedia cuenta con millones de artículos en más de 250 idiomas diferentes, todos ellos escritos por voluntarios no remunerados.

Como han demostrado varios académicos, estos proyectos de código abierto funcionan gracias a la motivación intrínseca, que depende de factores internos propios de cada individuo. Sin embargo, los viejos modelos de negocio confían en la motivación extrínseca; es decir, el palo y la zanahoria, que son iguales para todos.

Hacer las cosas por motivación personal te compensa y te da buena energía

Dos profesores del MIT y un consultor del prestigioso Boston Consulting Group realizaron una encuesta. Encontraron que la razón número uno por la que 684 desarrolladores de proyectos participaban en iniciativas de código abierto era por el gozo que produce la motivación intrínseca; es decir, por lo creativa que la persona se siente cuando está trabajando en el proyecto.

La motivación 2.0 asume, en gran medida, que somos robots racionales que maximizan zanahorias y otras riquezas. Pero ya ni siquiera la mayoría de economistas lo creen así.

Considera lo siguiente:

  • No ahorramos lo suficiente para la jubilación aunque racionalmente es una clara ventaja económica el hacerlo.
  • Nos apegamos a las malas inversiones más de lo que deberíamos, porque sentimos mucho más dolor por perder dinero que por ganar la misma cantidad de dinero.

No somos tan racionales como pensábamos. Incontables estudios han demostrado que los seres humanos no siempre nos comportamos racionalmente por nuestro propio interés (ver, por ejemplo, Las Trampas del Deseo, de Dan Ariely).

Tampoco tenemos todos el mismo tipo de ocupación. Algunos aún tienen trabajos rutinarios que no les ofrecen un gran estímulo y que otros les dirigen. Pero un número creciente de personas gestionan su propia labor. Tienen trabajos complejos, interesantes y que les suponen un desafío constante.

El trabajo ya no es tan algorítmico, se ha vuelto heurístico (iterativo, experimental). El trabajo robótico está amenazado de muerte por el despido tecnológico. El futuro pertenece al trabajo creativo, tan lleno de posibilidades como escribir un libro, diseñar un antibiótico o crear una campaña de marketing, por ejemplo.

Los trabajos algorítmicos, como el de cajero de una cadena de supermercados, están disminuyendo.

Investigadores como Teresa Amabile, de la Harvard Business School, han encontrado que las recompensas y castigos externos funcionan bien con los trabajos algorítmicos. Pero pueden ser devastadores en trabajos heurísticos, donde la motivación extrínseca puede impedir la creatividad necesaria para inventar algo nuevo.

Las empresas necesitan personas automotivadas que tengan pasión por su trabajo porque los costes de seguimiento y control de un empleado que se aburre son enormes.

Nadie gestiona a los colaboradores de Wikipedia, nadie se sienta a fijar incentivos para motivarlos. Esos costes se los ahorran y quedan para incentivar los trabajos pesados que casi nadie disfruta haciendo y que precisan de supervisión. Los puestos más interesantes son para los trabajadores del conocimiento que requieren de más autonomía y de mayor iniciativa personal.

¿Cuáles son los tres elementos esenciales que impulsan la motivación 3.0?

Las tres fuerzas que conducen a una motivación personal intrínseca son:

  1. Autonomía — el deseo de dirigir nuestras propias vidas y nuestro trabajo.
  2. Maestría — el impulso de ser cada vez mejor en algo que realmente importa.
  3. Propósito — el anhelo de hacer algo que contribuya a una causa más grande que nosotros mismos.

En "Motivación personal — (parte II)" te hablaré más detalladamente de estos 3 elementos. Sabrás qué es más importante para una vida plena ¿el dinero (utilidad) o el propósito (finalidad)? Y descubrirás algunas estrategias para poner en marcha las ideas que compartiré contigo.

(NOTA: Si de verdad quieres impulsar tu motivación y conectar con tu poder interior, prueba esto)

Motivación personal — Descubre la tuya (parte I) está disponible en: www.fluenting.com



source https://www.fluenting.com/motivacion-personal

martes, 21 de diciembre de 2021

Cómo gané confianza tirándome desde 20 metros

Por cortesía de: Blog de Fluenting

Suelo ir a Toledo a visitar a mi hermana. En una de estas excursiones, estábamos dando un paseo por el casco histórico cuando vimos una tirolina que cruzaba a lo ancho del río Tajo.

— ¡Vamos a tirarnos! —dijo ella.

Miré hacia abajo desde el puente de San Martín. Después miré al frente y vi el cable que colgaba a 20 metros de altura…

— Otro día —respondí escondiendo mi nerviosismo— jaja…

En ese momento no me tiré, pero sentí ganas de vencer ese temor y superarme a mí misma. Estuve a punto de no hacerlo, pero me dirigí a mi marido y a mi hermana y les dije:

— La próxima vez que venga a Toledo, me tiro.

La aventura de superar obstáculos

Tardé bastante en volver, pero en mi siguiente viaje a Toledo, sabía que alguien sacaría la conversación, así que me adelanté:

—¡Mañana voy a tirarme por la tirolina!

Mi marido me animó a hacerlo y mi hermana me dijo que ella también se apuntaba al sarao. Así que al día siguiente nos acercamos al puente de San Martín.

Estaba haciendo fila para tirarme con el arnés y el casco puesto cuando un hombre, que estaba a punto de lanzarse, se arrepintió en el último momento y se dio media vuelta. Me afectó ver cómo aquel pedazo de tío se asustaba, daba media vuelta y corría. Tuve una enorme tentación de hacer lo mismo, pero me mantuve firme en mi decisión.

Por fin era mi turno. Estaba al borde del precipicio. El monitor me notó tan nerviosa que bromeó para tranquilizarme:

—Tenías que haberte tomado un vinito antes de venir
—Jajaja… Sí… Tenía que haberme tomado la botella entera —le dije, aunque casi nunca bebo alcohol.

El paso decisivo

En ese momento fui consciente de todos mis condicionamientos pasados. No pensé que iba a sentir tanto miedo hasta que llegó ese momento. Me di cuenta de que todas las voces de mi pasado habían vuelto a mi mente justo en ese momento: “¡Cuidado, no lo hagas, que te vas a hacer daño!” “¡No te subas, que es peligroso!”, etc…

—Cuando quieras puedes tirarte —dijo el monitor
—Como no me empujes tú, yo no me tiro —le respondí con el corazón a mil.
—No. Tú solo saca un pie y verás. Puedes hacerlo.

Estaba claro que el monitor no iba a tirarme. Solo yo podía hacerlo. Tenía en mis manos la posibilidad de lanzarme o de echarme atrás, como había hecho el hombre de antes. Respiré hondo y recordé por qué estaba allí. Quería demostrarme a mí misma que podía hacerlo, quería cumplir mi palabra. En el fondo, sabía que era capaz de superar ese obstáculo y conseguir lo que me había propuesto. Querer es poder.

Además, recordé un consejo de Diego:

Algunas veces viene bien ser un poco miope. Focaliza la atención en lo relevante, no te distraigas con lo que te aleja de tu meta. Céntrate sólo en tu siguiente paso.

Recordando esto, me enfoqué solo en mi pierna izquierda. La levanté lentamente hasta que mi pie estaba ya en el aire, fuera de la pasarela. De repente y por la fuerza de la gravedad, el arnés tiró de mí y cuando me quise dar cuenta:

—¡Aaaaaaaaaaaaaahhhhh!

Ya no había vuelta atrás

Abrí los ojos y me vi flotando sobre el río Tajo, volando sobre los árboles, me sentí libre como un pájaro. Las vistas eran alucinantes. La altura, que tanto me había asustado hasta ese momento, ya no era un impedimento para mí.

“Ya está hecho. Lo he logrado” —pensaba— ¡esto es la caña!

—¡Yujuuuuuuuuuuuuuu!

Al llegar a la otra orilla del Tajo me temblaban tanto las piernas que parecía un flan. Tenía la adrenalina por las nubes, pero no podía parar de sonreír.

Lo que realmente gané de aquella aventura

Una vez que la adrenalina volvió a su sitio reflexioné sobre lo que había supuesto para mí tirarme al vacío. De repente, me sentía capaz de conseguir muchas otras cosas. Me di cuenta de que el paso más difícil de superar es aquel en el que ya no hay marcha atrás. En el caso de la tirolina, el paso más complicado para mí fue sacar el pie fuera de la pasarela. En ese punto es cuando tienes que vencer todas tus limitaciones anteriores, confiar en ti mismo y dar un paso en la dirección correcta.

Cómo gané confianza tirándome desde 20 metros es cortesía de: fluenting



source https://www.fluenting.com/ganar-confianza-tirolina

lunes, 20 de diciembre de 2021

Cómo encontré un método tonto para superar debilidades

Inicialmente escrito para: fluenting

Aprendo mucho de mis clientes. Hoy te voy a hablar de Pedro. Tiene mil ilusiones, un gran corazón y trabaja hasta muy tarde. Su familia le echa un poco de menos. Quiere emprender su propio negocio y le sobra talento, pero él no lo sabe.

No terminó su carrera. Dejó ADE en tercer curso. Lleva la tienda de otro en un gran centro comercial. Él es el alma que la hace prosperar. Su sueldo está por encima de la media, pero no le pagan ni de lejos todo lo que su trabajo vale.

Pedro y yo nos conocemos hace cuatro meses. En un día se puede hacer relativamente poco. Para que empiecen a ocurrir ‘milagros’ hacen falta más. Nuestras sesiones de coaching estratégico le hacen ganar claridad y sus avances son notables. Pero a ninguno de los dos nos bastan estos resultados.

Total, que Pedro y yo nos hemos hecho buenos amigos porque resonamos. El otro día quedamos para tomar algo. Charlamos sobre sus retos y las metas que le preocupaban: pasar más tiempo con sus hijos, tener más autonomía, darle a su familia la vida que se merecen y contribuir más activamente a su proyecto de negocio, que lo tenía un poco estancado.

Como estábamos en otro contexto, más informal, le propuse una partidita de ajedrez, a ver qué pasaba. Me dijo que era malísimo, que a penas sabía cómo mover las piezas.

— ¡Genial! —le respondí yo—. Así te podré dar una buena paliza y pagas tú la ronda. Jeje…

Nos reímos los dos, saqué mi móvil y decimos jugar un rato al ajedrez mientras nos tomábamos unas birritas.

Mis clientes tienen sueños (y mucho talento escondido)…

Pedro es un tipo fenomenal. Un cacho de pan con ojos. Una de esas personas con las que me gusta trabajar (hace años que decidí ser selectivo —la agenda no me permite otra alternativa— solo tengo tiempo para los que resuenan conmigo y realmente quieren avanzar en sus metas.)

A veces desconfía de su talento y de su potencial, pero tiene coraje y persevera a pesar de los batacazos… Se cae, aprende y se levanta. Lo sigue intentando porque tiene fe en la vida. En el fondo es un crack —aunque él todavía no se lo cree.

Se estaba poniendo feo

Tenía miedo de que su jefe lo despidiese por cuatro perras conforme pasaran los años. Hace poco le han propuesto un traslado. Por el caríz que va tomando todo, y por las condiciones y la forma de planterle el traslado, se teme que pronto pase lo peor. Esto le está creando algunos dilemas. Ha decidido meterle más caña a su proyecto de negocio.

Pedro tiene alma de capitán

A Pedro no le gusta que su destino y el de su familia se encuentre en manos de otras personas.

Harto de que su jefe le mangoneara, sabía que para montar su propio negocio sin poner en peligro a los suyos necesitaba pensarlo bien y tener las cosas realmente claras.

Sus “experimentos” en Internet habían dado resultados muy pobres hasta el momento. Después de probar mil cosas, lo único que había logrado era sentirse desbordado y un poco más desmoralizado que cuando empezó.

A la segunda sesión Pedro ya sabía que para montar un negocio de éxito tenía que apoyarse en sus fortalezas y apostar por algo que le llenase. Si no se tomaba en serio su proyecto solo cambiaría una situación mala por otra peor.

Tenía claro lo que le gustaba y cuál era su visión. Pero no terminaba de concretar cómo podía hacerla realidad. Quería hacer mucho él solito en muy poco tiempo. Tanto abarcar le estaba quemando. Su nivel de autoexigencia le estaba pasando factura y sus resultados aún eran descorazonadores.

¿Hay jugadores natos de ajedrez?

Aunque el ajedrez no es mi fuerte ni me ha interesado nunca demasiado, mi intuición me decía que algo bueno podía salir de la experiencia. Con todos estos antecedentes y cinco sesiones de coaching a la espalda empezamos nuestra partida. La primera la gané por palizón. La segunda también y la cosa se ponía aburrida. Tenía fallos tontísimos. Le comía una pieza detrás de otra.

Le pedí que me comentara, conforme jugaba, en voz alta sus razonamientos. Cuando me explicó su estrategia me quedé boquiabierto. Era capaz de pensar qué piezas movería con 3 o 4 jugadas de antelación. Tenía clara su meta y qué haría para conseguirla.

Sus ideas eran mejores que las mías

Pero… ¿por qué perdía una y otra vez? Lo vi claro. Estaba tan orientado a ganar y tenía tanta ilusión y energía por llegar a buen puerto, que se olvidaba por completo de evaluar los riegos presentes.

—La jugada que quieres hacer es alucinante, Pedro. Pero no te has pispado de que con este peón te voy a comer el caballo con el que contabas para tu maravillosa estrategia.

Se vino abajo otra vez.

—Pedro, olvídate por un momento de ganar y dime qué harías tú para no perder al ajedrez

—Y yo que sé…

— ¡Deja el móvil un rato y piénsalo!

Pedro estaba tan acostumbrado a lidiar con los imprevistos y las agendas de los demás que se había vuelto un poco distraído. Su atención estaba en el móvil, en lo que iba a hacer mañana, en los problemas que tienen sus hijos, en el partido de fútbol de esta noche, en la chapuza que le ha salido en el fregadero de su casa, en el libro que tiene a medias y en los pedidos que esperaba recibir en su tienda ayer —por decirte solo unos cuantos…

—Vamos a ver… ¡Pon atención a mi pregunta y respóndeme en serio! No te vengas abajo, tío.

—Vale, vale. Lo que haría para no perder al ajedrez es… mirar cuáles de tus piezas amenazan a mis piezas más importantes.

— ¡Fenomenal! Dime qué piezas son las más importantes, en tu opinión.

—La reina, las dos torres y mis alfiles, creo.

Jugamos la siguiente partida, Pedro intentó proteger sus mejores piezas. Aun así, perdió. Cometió casi los mismos errores.

— ¿Qué crees que ha fallado en tu plan?

—No sé… —titubeó

—Venga hombre, ¿qué podría ser…? —le dije yo.

—¡Leche, es que no es tan fácil supervisar tantas piezas a la vez! Me despisto porque no tengo paciencia para estar dos horas mirando antes de mover.

—Comprendo. Si solo tuvieras que proteger una pieza, ¿cuál sería?

—Protegería a la reina —contestó Pedro.

Y de repente todo cambió...

—Me parece una idea estupenda… —le dije— La reina es una pieza clave.

Lo que sucedió después fue asombroso. Cuando Pedro se centró en proteger a su reina todo su juego mejoró. El cambio fue radical y el resultado espectacular. No solo se convirtió en un digno oponente, sino que me ganó claramente la partida. Sin trampa ni cartón. No me dejé ganar. Me ganó.

Nunca te avergüences de ser mejor que tus maestros…

Me quedé flipado con el resultado. Me sorprendió ver que Pedro casi se avergonzaba de haberme dado la del pulpo.

— ¡Enhorabuena, Pedro! Me has dejado a cuadros.

—Nada hombre, la suerte del principiante —dijo Pedro

—Ni de coña, le dije yo. ¿Cómo lo explicas?

—No sé. Igual resulta que la clave es hacer menos cosas, pero más importantes.

— ¿Crees que podrías aplicar lo que has descubierto a tu proyecto de negocio? —le pregunté.

—Sí, puede ser.

—Dime cómo.

Lo pensó un rato y después me contestó…

—Como dices en Llegar a Todo: para cambiar por completo mis resultados basta con dar un pequeño paso.

—¿Y eso qué significa para ti?

—Verás… Juntos hemos visto que para ganar es imprescindible tenerlo claro y centrarse en lo realmente importante.  Cuando ignoro lo que podría salir mal, corro riesgos tontos.  Necesito identificar riesgos antes de actuar. Determinar qué actividades bajan mis riesgos al mismo tiempo que suben mis opciones de ganar. Velar por mi reina. Así es como mejoraré mi juego, así es como podré ganar.

—Gracias Pedro, me has enseñado mucho. Me parece valioso lo que has dicho. No dudes en aplicarlo a tu plan de acción. Verás cómo pronto la cosa cambia.

El aprendiz se convirtió en maestro…

¡Y vaya si ha cambiado! Pedro decidió que lo más importante era vender. Se centró primero en identificar a su cliente objetivo y dónde encontrarlo. Decidió qué le ofrecería primero y a qué precio. Por último, concentró todos sus esfuerzos en su estrategia de comercialización.

Ahora Pedro está camino de crecer como la espuma. Y su sueño de tener una vida plena está mucho más cerca de la realidad.

Espero que tú también te suscribas a Fluenting para encontrar el juego que te haga inevitable ganar.

Cómo encontré un método tonto para superar debilidades se ha publicado de: Blog de Fluenting



source https://www.fluenting.com/metodo-tonto-superar-debilidades

domingo, 19 de diciembre de 2021

Aquí tienes el truco del almendruco

Originalmente visto en: Fluenting

Te voy a contar una pequeña historia para esos momentos en los que parece que nunca conseguirás lo que quieres:

—Estos almendros no van a ninguna parte. Cada año están más feos y dan menos almendrucos. Estoy por arrancarlos y poner un buen olmo que, por lo menos, dará buena sombra con el tiempo.

—Un poco radical, ¿no te parece mamá? Estos árboles solo necesitan una buena poda. Hace años que están descuidados. Y tú te empeñas en pedirles peras a los olmos. ¿Me permites, madre, que les pase la motosierra para ver de lo que son capaces?

—Tú verás, hijo mío. Yo creo que es una pérdida de tiempo. Pero si te hace tanta ilusión. El campo también es tuyo. Haz lo que quieras.

—OK.

Sí, señor. Aquellos almendros estaban tristes. Mis padres los habían descuidado. Por eso recogían tan pocos frutos.

Años atrás daban las almendras más dulces, y sus flores nos alegraban cada primavera. Tan hermosos eran que todos dimos por descontado que siempre serían así.

El error fue pensar que lo único que teníamos que hacer era poner el cazo y recoger la cosecha cada año. Por un tiempo realmente fue así. Luego se fueron empobreciendo —digamos que se sintieron solos y un poco abandonados— y en lo que nos pareció un instante, los árboles se habían convertido en unos mamarrachos.

Los árboles hablan...

Habían llegado a un punto tal, que por no dar, casi ni daban sombra. A nadie parecía importarle demasiado lo que aquellos almendros habían sido, y aún menos lo que podían ser.

Su futuro peligraba y yo sentía que me hablaban. Así que decidí escucharlos. Les oí decir que merecían una vida mejor en honor a sus gloriosos servicios pasados.

Una mañana de sábado desayuné y después del café me decidí a podarlos. Tomé la motosierra y me puse manos a la obra. Los contemplé e hice lo que me pidieron. Los dejé desnudos, en su pura esencia —sin artificio alguno, sólo con sus mejores ramas, raíces y su tronco. Me sentí satisfecho y un poco de su tristeza se transfirió a mí. A cambio yo les di un poco de mi esperanza y mi fe en ellos.

Pronto me sacudí la pena. Me acordé de que algún día darían las mejores almendras, en la mayor cantidad, las más duces y serían los más bonitos y luminosos del vecindario. Además, en las entrañas, aquellos árboles lo tenían muy claro: con sus valiosas raíces el reto de crecer y dar buen fruto estaba más que asegurado.

Pasaron los días y meses. Todos nos olvidamos de ellos. Pero volvió la primavera y de las raíces, el sol, el agua y los nutrientes resurgieron los dos hermanos con sendos brotes. ¡Qué alegría sentimos todos! ¡Qué bonitos!

A la sombra de la cochera y junto al seto, los almendros continuaron por sus brotes verdes creciendo.

Yo los veía con orgullo. Esos árboles tenían sus propias razones y su corazón también era sabio. De un tronco de palo, cada uno de ellos empezaba a hacer su maravilloso árbol.

Ignoraban a los que decían "imposible"… ¡y lo consiguieron!

No lo tenían nada fácil. A pesar de la sombra, la escasez de nutrientes, el terreno arcilloso y pétreo y la abundancia de abrojos los dos lo consiguieron. Ambos iban prosperando, como los niños van creciendo.

Quiso la mala suerte —o el descuido— que el muchacho que mi madre contrató esa temporada para desbrozar el terreno, en un giro golpeara y desgarrase de uno de los almendros su precioso y único vástago.

— ¡Qué lástima! —dijeron todos.

—Era el brote más grande —comenté yo.

¡Y qué envidia silenciosa debió sentir con el paso de los días el desgraciado árbol al ver al otro creciendo y creciendo!

Jamás viste un crecimiento tan desigualado…

Al principio casi ni se notó. Pero conforme la primavera avanzaba, más evidente quedaba cuál de los árboles era el almendro mejor parado. El árbol herido se había quedado muy rezagado. Parecía como muerto. Totalmente estancado, como si para él ni la primavera hubiera llegado. Para principios de verano las diferencias eran odiosas. Uno era precioso, grande, asombroso; el otro parecía una estaca abandonada esperando la quema.

Pero lo importante de aquel árbol era que estaba muy bien arraigado en la tierra, no carecía de raíces auténticas y fuertes y la savia de la vida le quemaba por dentro.

No era la primera vez que el almendro había sufrido la inconsciencia de un ser humano. Ya cuando era chico a mi padre se le cayó ese mismo almendro de las manos.

¿Alguna vez has perdido la confianza?…

¡Lo que son los árboles!… Por mucho que otros crean que su tiempo ha pasado, o que nadie recuerde las almendras que regalaron y que todos les digan que son unos desgraciados... ellos tienen sus propios misterios para rebrotar cuando nadie lo espera.

El verano pasó. El almendro sano perdió sus hojas para el otoño. Pasó la navidad, comimos dulces y brindamos por el año nuevo. La vida siempre sigue. No hay quien la pare.

Los ignorantes se empeñaban en que para febrero había que arrancar y quemar el viejo almendro.

—Por encima de mi cadáver —les dije—. A ese almendro todavía le quedan muchos almendrucos, y algún día los veremos.

Y contra todo pronóstico un asombroso brote de esperanza renació de mi buen almendro a la primavera siguiente.

A todos les dije: poned cuidado y no destrocéis estos brotes tan buenos. Que lo que al principio parece poco, en un año es un árbol nuevo.

Todos lo celebramos. Nos enseñó mucho aquel almendro.

Nunca volverás a creer que es mejor el cerezo…

Ahora está precioso. Sus ramas son las más frondosas, su verdor un monumento. De las flores ni te cuento… que los japoneses fardan de cerezos y yo presumo de almendros.

Amigo mío, solo quería compartir contigo el sorprendente crecimiento del árbol herido, que muy pronto dará las mejores almendras.

Todos podemos hacer el truco del almendruco cuando confiamos en nosotros mismos y nos rendimos a la vida que tenemos dentro.

Suscríbete a Fluenting y comparte con tus amigos este pequeña historia de lo que aprendí de mis preciosos árboles.

El anterior blog post Aquí tienes el truco del almendruco está disponible en: Fluenting



source https://www.fluenting.com/truco-del-almendruco

sábado, 18 de diciembre de 2021

¿Por qué sigues haciendo lo que no quieres?

Se ha publicado de: fluenting

Hombre desmotivado y desbordado¿Amargado porque no avanzas? Te preocupas y te agobias, sí; pero... ¿te ocupas de hacer las cosas de otra forma o sigues empeñado en lo mismo de siempre?

¿Reflexionar es para ti perder el tiempo? Actuar impulsivamente te acaba desquiciando. No creas que para conseguir lo que quieres tienes que estar siempre atareado o hacerlo todo deprisa y corriendo.

Hacer más no es siempre la mejor solución. Cuando estás estresado, añadir tareas o fijarte nuevas metas es echar más leña al fuego. Así te quemarás antes.

Parte del problema está en confundir las prioridades.  Lo principal es que sepas qué es lo realmente importante para ti. Lo que los demás esperan de ti o lo que necesitas para lograr tus objetivos es secundario.

Es fundamental ganar claridad antes de actuar.

¿Tiene sentido para ti lo que haces?

Saber que lo que estás haciendo contribuye a una causa en la que crees y que tiene un impacto positivo en tu vida es el secreto de la felicidad.

Por desgracia, vivir cada día en estado de crisis es lo común. Perdemos calidad de vida cuando estamos en crisis constante. Según Stephen R. Covey esto sucede cuando la mayoría de actividades son urgentes e importantes al mismo tiempo.

Apagar fuegos o hacer las cosas solo cuando son urgentes, te costará caro. Incluso si así consiguieras tus metas, sentirías un vacío al no encontrar mucho sentido en lo que haces.

No confundas lo urgente con lo importante. Para hacer una vida más plena procura que la mayoría de tus actividades sean importantes, pero no urgentes. No dejes que la situación se ponga fea para hacer algo al respecto.

¿Te gusta realmente lo que haces?

Tu satisfacción personal no solo depende de tener metas, sino de tener las metas correctas. Ignorar esto es tirar piedras contra tu propio tejado.

Sé más auténtico. Busca una mayor autonomía. Necesitas sentir que eres bueno en lo que haces, que te gusta y que es importante. Además, es perfectamente compatible con ganar tanto o más que ahora.

Si te conformas con un trabajo que no te ennoblece ni te llena de alegría, estarás renunciando a descubrir las cosas que te gustan y que tienen sentido para ti.

El palo y la zanahoria no bastan para movilizar tus mejores energías y potenciales. Busca dentro de ti hasta encontrar qué disfrutas. Hay formas de hacer lo que te gusta y, al mismo tiempo, pagar tus facturas o aumentar tus ingresos. ¡Encuéntralas! Así es como tendrás una vida más plena.

Quien mucho abarca...

Vivimos en un mundo de gente ocupada. El esfuerzo se confunde con la productividad. Desde pequeños, nuestros padres, profesores y figuras de autoridad nos han enseñado que estar ocupados es 'bueno'.

El esfuerzo inteligente es imprescindible para una vida maravillosa. Los incentivos y las recompensas de otros tienen su gracia. Pero nada de esto debería alejarte de lo realmente importante: sentirte satisfecho por ser quién eres y contribuir al mundo haciendo lo que realmente amas.

Lo comprendo. Yo también estoy muy liado. Tengo mucho que hacer. Hay muchas personas que me importan. Sin embargo, lo que hago tiene un propósito claro que va más allá de ganar dinero o quedar bien con la gente.

También soy yo quien decide a qué dedico mi tiempo, qué actividades son realmente importantes para mí y para mis objetivos, cómo haré mi trabajo, con quién y cuándo.

Tal vez tú sientas que no puedes hacer las cosas a tu manera. Puede que lo veas así, pero no es cierto.

Para salir del pozo, deja de cavar.

¿Quieres cambiar, pero sigues igual que de costumbre? Cualquier comportamiento se refuerza cuando te da de comer o te proporciona un aplauso de tarde en tarde.

Además, como nos enseñan los psicólogos, si lo que haces a veces te funciona y otras no, la situación es aún peor: lo repetirás compulsivamente, lo aprenderás a toda velocidad, incluso si es destructivo.

estres-hombre-enganchado

¿Estás enganchado a tus problemas?

Las emociones pueden ser adictivas. Al repetir un estado de ansiedad, con el tiempo lo harás parte de tu identidad. Por raro que parezca, amargarte la vida puede ser parte de tu estrategia para sentirte seguro —así no tendrás que cambiar nada— pero es muy destructivo.

Vivir agobiado no es lo ideal. Es cierto que te permite echar balones fuera y responsabilizar a otros cuando no tienes claro qué podrías hacer. Cuando te agobias descargas tus preocupaciones sobre los demás. En un entorno tóxico la vida se vuelve difícil.

Uno se siente importante cuando hay muchas cosas que dependen de él. Tú ya eres importante. No cargues tu propia cruz más de lo necesario.

No permitas que las circunstancias tomen el control de tu vida, o las situaciones agobiantes se repetirán constantemente. El mundo está cargado de ansiedad. Tal vez la hayas sentido desde muy niño. Quizá sin querer estés repitiendo la misma historia con tus propios hijos. ¿No crees que es hora de cambiar las cosas?

Cuando vives amargado es muy fácil amargar a los demás.

¡Puedes cambiar de rumbo!…

Para sentirte más a gusto empieza a ganar claridad. Responde a tus retos. Lo que logres a base de palos y zanahorias no te hará feliz.

Busca unos motivos más auténticos y profundos. El dinero está genial — ¡bendito sea!—, pero persigue un propósito que vaya más allá. Defiende una causa en la que creas y que te llene. Dale sentido a tu vida. Dedica tiempo a las actividades que disfrutas. Busca un trabajo que puedas hacer con alegría, que no aborrezcas cada día o hagas sólo por dinero.

¿Solo aspiras a pagar las facturas o llevar tu BMW? No me extraña que te sientas agobiado y te amargues. Tú puedes hacer algo mejor. Empieza a respetar la totalidad de lo que eres. Escucha con qué resuenas. Descubre qué es lo importante para ti y qué te gustaría hacer realmente.

Cuanto antes encuentres tu propia motivación —aquella que te permite gozar de lo que haces y de la razón por la que lo haces— mejor para ti y para todos.

El futuro pertenece a los que disfrutan con pasión de lo que hacen. A largo plazo, ese deseo profundo de dirigir nuestras vidas siempre gana cuando lo escuchas y respondes al reto. Expande y aumenta tus destrezas para vivir mejor tu vida y llenarla de sentido. Así serás más feliz.

¡Recupera el control de tu vida!...

Tener tus propias reglas es un paso en la dirección correcta.

¿Cómo podrías hacer tu trabajo más a tu manera? Identifica en qué momento del día te apetece más hacer una tarea dada. Hazla cuando más te apetece y comprobarás que además eres más productivo.

Enumera tus obligaciones actuales y renuncia a las que no te llenan y no necesitas. Cuanta más autonomía tengas, más motivado estarás y mejor será tu estado de ánimo.

Conozco a varias personas que no quieren dejar de estar amargadas porque tienen miedo de defraudar a los demás y no poder estar a la altura de sus retos. Mi libro titulado "Llegar a Todo — Cómo Fluir en Todas las Áreas de la Vida" te ayudará a superar estos temores y a encontrar un plan de acción personalizado para avanzar hacia una vida más plena y crecer en todas las áreas importantes para ti.

El artículo ¿Por qué sigues haciendo lo que no quieres? es cortesía de: Diego Dalvera



source https://www.fluenting.com/no-te-amargues-encuentra-tus-motivos