lunes, 31 de diciembre de 2018

Crea un plan de marketing que funcione para tu negocio

Por cortesía de: https://www.fluenting.com/

¿Has pensado ya cómo vas a conseguir atraer clientes a tu negocio? ¿Crees que diseñar un plan de marketing es una pérdida de tiempo? Tal vez no te sientes muy cómodo al comercializar tus productos y servicios. Quizá piensas que hacer marketing es una labor desagradable debido a tantos abusos como has visto.

Sin embargo, la comercialización de tus productos no es algo qué puedas ignorar en tu empresa, por muy incómodo que te sientas al respecto.

Existen formas de hacer marketing que son honestas, fieles a nuestros valores y que honran tanto a nuestros clientes actuales como a los potenciales. La única forma verdaderamente sostenible de hacer que tu negocio crezca a largo plazo es mediante el uso de un marketing respetuoso con el cliente y que le entrega valor.

Pero, con lo deprisa que todo cambia, ¿aún sigue siendo necesario pararme a hacer un plan de marketing?

La llegada de internet ha cambiado la forma de hacer clientes, de encontrarlos y de conectar con ellos. Se ha ganado en rapidez de respuesta, es más fácil testar y medir la eficacia de las acciones de marketing.

Para lidiar con el cambio constante y el estrés que causa, los profesionales del mundo online han creado métodos más científicos y prometedores.

Al contrario que hace 15 años, ahora es más fácil entender la rentabilidad (ROI) del marketing. Hoy puedes ver más claramente dónde poner dinero porque funciona, y de dónde quitar recursos porque de nada sirven.

Los antiguos planes de marketing, orientados a plazos tan largos como impredecibles, han quedado anticuados. Planear el marketing sigue siendo importante, pero hace falta un método más iterativo, que permita corregir sobre la marcha y ganar realismo. Un buen plan de marketing debe ser relevante para lograr tus metas empresariales y debe facilitar la toma de decisiones.

El objetivo del marketing es hacer la venta superflua. -Peter Drucker

Por lo tanto, el marketing invierte parte de los recursos disponibles para atraer a los clientes adecuados, facilitar el intercambio de valor, obtener más ventas y aumentar los beneficios. Pararse a realizar un plan de marketing no es un gasto, sino una buena inversión.

Un buen plan de marketing te traerá los clientes adecuados. De la forma más eficaz, logrará que más compradores satisfagan sus deseos, compren en más cantidad y más a menudo las diversas soluciones que produces y les ofreces.

Crea un plan de marketing útil para tu negocio

Para lograrlo te basarás en la investigación del mercado. Necesitarás comprender tu negocio, conocer lo mejor posible a la persona a quien te diriges -qué comprará y qué no-, familiarizarte con su entorno y con la competencia.

Puedes hacer un plan tan sencillo o tan complicado como quieras. En esencia, se trata averiguar cómo hacer tu negocio cada día más atractivo, cómo conseguir clientes más fácilmente y con mayor rentabilidad.

Consideraciones iniciales:

  • El tamaño y la etapa en que se encuentra tu negocio son importantes, por eso no hay un plan de marketing que sirva para todas las situaciones.
  • Las empresas de hoy necesitan ser flexibles tanto en la ejecución como en la formulación del plan. Muchas prefieren planear una hoja de ruta cada 3 a 6 meses, con la intención de alcanzar el siguiente objetivo del negocio lo antes posible. Trazan hipótesis que después caen o se sostienen al completar una serie de tests estratégicos.
  • Diseña un plan coherente con tu visión del negocio. Aunque sea un reto, todo el mundo debe remar en la misma dirección. Ten claro a quién te diriges, contra quién compites, el posicionamiento al que aspiras.. y fija iniciativas y metas acordes con todo ello.
  • No esperes dar en el blanco a la primera. Como un misil autoguiado, aprende de tus propias experiencias. Repite el proceso, afinándolo con la información adquirida, para dar en la diana lo antes posible. Aprende a fallar rápido y en pequeñito (testar) para aprender y ganar a lo grande.
  • Colabora con el resto de departamentos y con todo tu equipo para conseguir la victoria. Elimina las barreras entre los equipos y descubre nuevas oportunidades de crecimiento allá donde estén, no solo a nivel de promoción.

Cómo garantizar que todo el plan de marketing está enfocado en la dirección correcta... y que no estás perdiendo tu valioso tiempo

  1. Analiza la situación actual, las tendencias del mercado y las oportunidades de hacer negocio. Así podrás aprovecharlas a tu favor, formar hipótesis razonables y descartar las suposiciones gratuitas. Puedes usar el popular análisis DAFO (también llamado FODA), cuyo propósito es señalar oportunidades críticas, ofrecer una visión más clara de la situación y de cómo crear ventajas competitivas.
  2. Investiga los segmentos de mercado y la competencia. La regla dorada de los negocios es conocer a tus clientes: su mentalidad y estilo de vida, demografía y comportamiento. Así podrás inspirarte para innovar y crear proposiciones de valor únicas o, simplemente, ajustar tus productos/servicios a sus necesidades y conquistar tu nicho de mercado.
  3. Concreta el propósito específico, el presupuesto y la política de precios. Basándote en tu investigación y experiencias, define las carácterísticas únicas que debe ofrecer tu producto. Afina la visión que tienes de tu negocio para orientarlo más y mejor en la dirección correcta. No vale cualquier cosa. Encuentra una forma de expresar el impacto de tu negocio sobre la vida de la gente a la que afecta, y procura que les llegue al corazón.
  4. Ten en cuenta las acciones del consumidor (buyer's journey), haz un mapa del proceso de adquisición del cliente y optimiza para convertir (vender). Tus esfuerzos podrían ser en vano si no tienes en cuenta los pasos que dará un consumidor potencial hasta convertirse en una venta de tu producto o servicio. Dada la sofisticación del consumidor actual se trata menos de un embudo lineal de marketing y más de un mapa donde los clientes autosuficientes saltan de una senda a otra según lo ven oportuno. El ciclo de vida perfecto incluye atraer contactos, capturar clientes potenciales, nutrirlos, convertirlos en clientes, y conseguir que te recomienden. No hagas un plan lineal, crea un mapa con los posibles canales de distribución y puntos de contacto; empieza allí a reunir y transformar en clientela a una comunidad leal de consumidores y evangelistas de tu negocio.
  5. Distribución: oportunidades online y offline. Identifica tus opciones: desde alianzas estratégicas a posibles adquisiciones. Hay muchas oportunidades disponibles, pero hoy día tener presencia digital es casi obligatorio. Ya que nadie quiere perderse un pastel de miles de millones de usuarios, planea tu presencia online y mejórala constantemente. Asegúrate de que tu web da una buena experiencia al cliente y crea contenidos atractivos.

No es conveniente pensar que hay dos tipos de marketing, uno offline y otro online. El marketing es uno solo y cumple una función imprescindible en tu negocio. Si tus esfuerzos deben ser online, offline o una combinación de ambos, sólo dependerá de tu negocio, de dónde estén tus clientes actuales y potenciales. A partir de ahí, sabrás cómo emplear las herramientas, los canales y los medios a tu disposición, cuántos recursos dedicar, cómo distribuirlos, dónde y para qué.

Sin estrategia de marketing tus productos corren el peligro de ser despreciados.

No basta con tener un buen producto. Lo que no se ve es como si no existiera. Sin un plan de marketing adecuado, dirigido a la persona apropiada, que aporte valor y respete al cliente, y que sea capaz de construir una relación significativa con tus clientes actuales y potenciales, las probabilidades de que tus productos y servicios pasen desapercibidos son colosales.

Un plan de marketing bien pensado traerá clientes, dará visibilidad a tu negocio y sus productos, y permitirá crear una reputación sólida y una marca apreciada con el tiempo.

Pon en práctica las ideas que te acabo de dar. Para no tirar el dinero, céntrate en diseñar estrategias oportunas con hipótesis claras que puedas testar. Así descubrirás qué funciona y qué no.

Tan pronto como identifiques qué campañas de marketing son rentables para tu negocio, al documentar todo y saber cómo lo has logrado, estarás en condiciones de escalar las ideas ganadoras y hacer crecer rápido y bien a tu negocio.

Por favor, coméntame qué problemas tienes con el marketing de tu negocio. Si te ha resultado útil, pásalo.

El blog post Crea un plan de marketing que funcione para tu negocio está disponible en: https://www.fluenting.com/

Crea un plan de marketing que funcione para tu negocio

Por cortesía de: https://www.fluenting.com/

¿Has pensado ya cómo vas a conseguir atraer clientes a tu negocio? ¿Crees que diseñar un plan de marketing es una pérdida de tiempo? Tal vez no te sientes muy cómodo al comercializar tus productos y servicios. Quizá piensas que hacer marketing es una labor desagradable debido a tantos abusos como has visto.

Sin embargo, la comercialización de tus productos no es algo qué puedas ignorar en tu empresa, por muy incómodo que te sientas al respecto.

Existen formas de hacer marketing que son honestas, fieles a nuestros valores y que honran tanto a nuestros clientes actuales como a los potenciales. La única forma verdaderamente sostenible de hacer que tu negocio crezca a largo plazo es mediante el uso de un marketing respetuoso con el cliente y que le entrega valor.

Pero, con lo deprisa que todo cambia, ¿aún sigue siendo necesario pararme a hacer un plan de marketing?

La llegada de internet ha cambiado la forma de hacer clientes, de encontrarlos y de conectar con ellos. Se ha ganado en rapidez de respuesta, es más fácil testar y medir la eficacia de las acciones de marketing.

Para lidiar con el cambio constante y el estrés que causa, los profesionales del mundo online han creado métodos más científicos y prometedores.

Al contrario que hace 15 años, ahora es más fácil entender la rentabilidad (ROI) del marketing. Hoy puedes ver más claramente dónde poner dinero porque funciona, y de dónde quitar recursos porque de nada sirven.

Los antiguos planes de marketing, orientados a plazos tan largos como impredecibles, han quedado anticuados. Planear el marketing sigue siendo importante, pero hace falta un método más iterativo, que permita corregir sobre la marcha y ganar realismo. Un buen plan de marketing debe ser relevante para lograr tus metas empresariales y debe facilitar la toma de decisiones.

El objetivo del marketing es hacer la venta superflua. -Peter Drucker

Por lo tanto, el marketing invierte parte de los recursos disponibles para atraer a los clientes adecuados, facilitar el intercambio de valor, obtener más ventas y aumentar los beneficios. Pararse a realizar un plan de marketing no es un gasto, sino una buena inversión.

Un buen plan de marketing te traerá los clientes adecuados. De la forma más eficaz, logrará que más compradores satisfagan sus deseos, compren en más cantidad y más a menudo las diversas soluciones que produces y les ofreces.

Crea un plan de marketing útil para tu negocio

Para lograrlo te basarás en la investigación del mercado. Necesitarás comprender tu negocio, conocer lo mejor posible a la persona a quien te diriges -qué comprará y qué no-, familiarizarte con su entorno y con la competencia.

Puedes hacer un plan tan sencillo o tan complicado como quieras. En esencia, se trata averiguar cómo hacer tu negocio cada día más atractivo, cómo conseguir clientes más fácilmente y con mayor rentabilidad.

Consideraciones iniciales:

  • El tamaño y la etapa en que se encuentra tu negocio son importantes, por eso no hay un plan de marketing que sirva para todas las situaciones.
  • Las empresas de hoy necesitan ser flexibles tanto en la ejecución como en la formulación del plan. Muchas prefieren planear una hoja de ruta cada 3 a 6 meses, con la intención de alcanzar el siguiente objetivo del negocio lo antes posible. Trazan hipótesis que después caen o se sostienen al completar una serie de tests estratégicos.
  • Diseña un plan coherente con tu visión del negocio. Aunque sea un reto, todo el mundo debe remar en la misma dirección. Ten claro a quién te diriges, contra quién compites, el posicionamiento al que aspiras.. y fija iniciativas y metas acordes con todo ello.
  • No esperes dar en el blanco a la primera. Como un misil autoguiado, aprende de tus propias experiencias. Repite el proceso, afinándolo con la información adquirida, para dar en la diana lo antes posible. Aprende a fallar rápido y en pequeñito (testar) para aprender y ganar a lo grande.
  • Colabora con el resto de departamentos y con todo tu equipo para conseguir la victoria. Elimina las barreras entre los equipos y descubre nuevas oportunidades de crecimiento allá donde estén, no solo a nivel de promoción.

Cómo garantizar que todo el plan de marketing está enfocado en la dirección correcta... y que no estás perdiendo tu valioso tiempo

  1. Analiza la situación actual, las tendencias del mercado y las oportunidades de hacer negocio. Así podrás aprovecharlas a tu favor, formar hipótesis razonables y descartar las suposiciones gratuitas. Puedes usar el popular análisis DAFO (también llamado FODA), cuyo propósito es señalar oportunidades críticas, ofrecer una visión más clara de la situación y de cómo crear ventajas competitivas.
  2. Investiga los segmentos de mercado y la competencia. La regla dorada de los negocios es conocer a tus clientes: su mentalidad y estilo de vida, demografía y comportamiento. Así podrás inspirarte para innovar y crear proposiciones de valor únicas o, simplemente, ajustar tus productos/servicios a sus necesidades y conquistar tu nicho de mercado.
  3. Concreta el propósito específico, el presupuesto y la política de precios. Basándote en tu investigación y experiencias, define las carácterísticas únicas que debe ofrecer tu producto. Afina la visión que tienes de tu negocio para orientarlo más y mejor en la dirección correcta. No vale cualquier cosa. Encuentra una forma de expresar el impacto de tu negocio sobre la vida de la gente a la que afecta, y procura que les llegue al corazón.
  4. Ten en cuenta las acciones del consumidor (buyer's journey), haz un mapa del proceso de adquisición del cliente y optimiza para convertir (vender). Tus esfuerzos podrían ser en vano si no tienes en cuenta los pasos que dará un consumidor potencial hasta convertirse en una venta de tu producto o servicio. Dada la sofisticación del consumidor actual se trata menos de un embudo lineal de marketing y más de un mapa donde los clientes autosuficientes saltan de una senda a otra según lo ven oportuno. El ciclo de vida perfecto incluye atraer contactos, capturar clientes potenciales, nutrirlos, convertirlos en clientes, y conseguir que te recomienden. No hagas un plan lineal, crea un mapa con los posibles canales de distribución y puntos de contacto; empieza allí a reunir y transformar en clientela a una comunidad leal de consumidores y evangelistas de tu negocio.
  5. Distribución: oportunidades online y offline. Identifica tus opciones: desde alianzas estratégicas a posibles adquisiciones. Hay muchas oportunidades disponibles, pero hoy día tener presencia digital es casi obligatorio. Ya que nadie quiere perderse un pastel de miles de millones de usuarios, planea tu presencia online y mejórala constantemente. Asegúrate de que tu web da una buena experiencia al cliente y crea contenidos atractivos.

No es conveniente pensar que hay dos tipos de marketing, uno offline y otro online. El marketing es uno solo y cumple una función imprescindible en tu negocio. Si tus esfuerzos deben ser online, offline o una combinación de ambos, sólo dependerá de tu negocio, de dónde estén tus clientes actuales y potenciales. A partir de ahí, sabrás cómo emplear las herramientas, los canales y los medios a tu disposición, cuántos recursos dedicar, cómo distribuirlos, dónde y para qué.

Sin estrategia de marketing tus productos corren el peligro de ser despreciados.

No basta con tener un buen producto. Lo que no se ve es como si no existiera. Sin un plan de marketing adecuado, dirigido a la persona apropiada, que aporte valor y respete al cliente, y que sea capaz de construir una relación significativa con tus clientes actuales y potenciales, las probabilidades de que tus productos y servicios pasen desapercibidos son colosales.

Un plan de marketing bien pensado traerá clientes, dará visibilidad a tu negocio y sus productos, y permitirá crear una reputación sólida y una marca apreciada con el tiempo.

Pon en práctica las ideas que te acabo de dar. Para no tirar el dinero, céntrate en diseñar estrategias oportunas con hipótesis claras que puedas testar. Así descubrirás qué funciona y qué no.

Tan pronto como identifiques qué campañas de marketing son rentables para tu negocio, al documentar todo y saber cómo lo has logrado, estarás en condiciones de escalar las ideas ganadoras y hacer crecer rápido y bien a tu negocio.

Por favor, coméntame qué problemas tienes con el marketing de tu negocio. Si te ha resultado útil, pásalo.

El blog post Crea un plan de marketing que funcione para tu negocio está disponible en: https://www.fluenting.com/



source https://www.fluenting.com/crea-un-plan-de-marketing-que-funcione-para-tu-negocio

domingo, 30 de diciembre de 2018

21 claves de una dieta saludable para gente muy ocupada

Por cortesía de: Blog de Fluenting

¿Llegas a casa tarde y preparar algo sano te parece un suplicio? Poco a poco te has conformado con hacerte un bocadillo o comer fuera de casa cualquier cosa rápida. Si tienes una agenda apretada seguramente estás descuidando tu alimentación.

Según un estudio publicado en Public Health Nutrition los alimentos que se suelen ingerir fuera del hogar tienen una baja cantidad de nutrientes pero son muy calóricos.

En este post voy a mostrarte 21 reglas imprescincibles para seguir una dieta saludable, aunque seas una persona muy ocupada.

21. Desayuna de forma sana.

Si desayunas correctamente, tendrás energía para toda la mañana. Un desayuno demasiado rico en azúcares procesados (galletas, colacaos, bollos, etc) hará que te sientas pesado y no rindas en tu trabajo. Procura comer cereales naturales no azucarados: copos de avena, muesli, etc.

Añade a tu desayuno dos piezas de fruta, ya que contienen azúcares naturales de absorción rápida, que aportan la energía que necesitas y estarás de mejor humor. Puedes desayunar además algún lácteo.

Te pondré un ejemplo: yo desayuno un cuenco de avena con leche, un plátano y un zumo de naranja natural. Cuando este desayuno lo sustituyo por galletas o algún bollo, de repente me siento pesada e hinchada.

20. Mete el almuerzo en un tupper

Llévate el almuerzo de casa. Puede valer un montado pequeño de pavo y una pieza de fruta o un yogur. Este consejo es muy valioso porque además de ahorrar tiempo, también lo notará favorablemente tu bolsillo. Si te llevas tu almuerzo al trabajo en un tupper, puedes ahorrarte cientos de calorías comparado con pedir algún bocadillo en un restaurante.

19. Sigue la regla de la mitad del plato

En comidas y cenas, la mitad del plato debe contener verdura. Cómetela antes que todo lo demás. Los vegetales tienen propiedades saciantes, por tanto evitarás comerte el resto del plato con ansiedad.

18. Prepara verdura para varios días

Dedícate a preparar y cortar las verduras de toda la semana y guárdalas en la nevera separadas en raciones. Puedes cocerlas o hacerlas a la plancha. Así, las tendrás listas para ponerlas en el plato. En cada comida y cena, saca tu ración ya preparada y alíñala. Sólo en este paso puedes ahorrar entre 30 minutos y 1 hora por día.

17. Conoce tus “picoteos amigos”

Picotear entre horas puede ser sano. Solo tienes que eliminar unos alimentos y sustituirlos por otros. Olvida los refrescos azucarados, los bollos, las galletas, etc. En lugar de eso, llévate al trabajo unos trozos de jengibre, agua con limón, un puñado de frutos secos (no demasiados) o unas zanahorias.

16. Come cada 3 horas

Sé que estás ocupado y que pensarás que no tienes tiempo para comer tan a menudo. Pero ten en cuenta que si te saltas varias comidas, llegarás con tanta hambre a casa que acabarás inflándote. Además te sentirás pesado y tardarás más en recobrar la energía que necesitas.

Si comes cada tres horas, será difícil que el cuerpo te pida comer entre horas. Ponte una alarma para recordarte cada 3 horas que es el momento ideal de tomar algo sano.

15. Necesitas un plan B

A la hora de llevar una dieta saludable necesitas un plan B. Tú ya sabes que la vida no es algo rígido, y que muchas veces surgen invitaciones, compromisos, etc. Si tienes que ir a un restaurante, puedes tener prevista una comida sana para no caer en tentaciones innecesarias. Por ejemplo, una ensalada y un filete de pollo son una buena elección. (Por si estás pensando en una excusa para sabotearte, en el Burguer King también hay ensaladas).

14. No subestimes la merienda

Desgraciadamente, aún hay personas que asocian la merienda a una cosa de niños. He oído a más de uno decir: "yo ya no meriendo" (entre risas). Merendar es la clave para no atiborrarse en la cena… y ya conoces el dicho: “de grandes cenas están las sepulturas llenas”.

Puedes dejarte preparado un montado de jamón, de pavo, de pollo o de tomate con queso fresco y llevártelo al trabajo. Si quieres un tentempié más discreto puedes sustituir el montado por galletas sin azúcar y altas en fibra. Cuidado con las barritas energéticas; algunas llevan demasiado azúcar, y a veces son caramelos disfrazados de alimento sano.

13. Pésate todas las semanas

Pesarse y medirse es la manera más objetiva de saber si lo estás haciendo bien o no. Es fácil autoengañarse con los hábitos alimenticios. Para llevar una dieta saludable necesitas aceptar los resultados y modificar tus hábitos si las consecuencias no son las deseadas.

12. Sé constante

La mayoría de las dietas saludables no duran porque la gente se aburre enseguida de una disciplina tan estricta. Si tienes tentaciones de comerte algún capricho, puedes caer sin miedo. Una vez a la semana no le hace mal a nadie. Recuerda que una dieta saludable incluye el factor flexibilidad. Un caprichejo por semana no creará un mal hábito, y sin embargo te ayudará a llevar el resto de la semana con más alegría.

11. Sigue la dieta mediterránea

La dieta mediterránea está llena de nutrientes que reducen la inflamación del cerebro y mejoran la salud y la concentración. Puedes llevarte al trabajo una ensalada y aliñarla una vez que vayas a comértela. Te recomiendo que acompañes la ensalada con alguna carne baja en grasas que se pueda comer fría. Así te resultará más fácil comértela cuando tengas un momento libre. Ejemplos de estas carnes son la pechuga de pollo a la plancha, filetes de lomo a la sal, jamón, cecina de ciervo, carpaccio, etc.

10. No te saltes el desayuno.

Si hace falta levántate 30 minutos antes, pero no te saltes el desayuno. Tampoco vale con tomarte solo un café. Para muchos trabajos las horas más productivas son las de la mañana y es importante que no dependas de la cafeína. Toma algo sólido, si puede ser que contenga avena y fruta, mejor.

9. Llama a los especialistas.

Hay empresas que se dedican a llevar comida sana al trabajo. Estas empresas están en auge debido a la vida tan ajetreada que llevamos. No es cuestión de estar comiendo siempre de tupper o de comida fría. Busca el teléfono de alguna empresa cerca de tu localidad que te pueda llevar el almuerzo a la oficina el día que no puedas comer en casa.

8. Tómate un descanso.

Por muy ocupado que estés, tómate un descanso. Si comes y trabajas al mismo tiempo aumentará tu ansiedad y bajarán tus niveles de productividad. Es preferible que te concentres solo en comer durante 15’. Después te sentirás revitalizado y listo para volver al trabajo.

7. Bebe agua.

Es muy normal tener refrescos u otras bebidas azucaradas en la oficina. Elimina estos malos hábitos. Para llevar una dieta saludable necesitarás sustituir el refresco o el café por una botellita de agua. No hace falta que esperes a tener sed para beberte la botella de 2 litros de un golpe. Puedes ir dándole pequeños tragos mientras trabajas. Eso ayudará a depurar el organismo y a que te sientas más ligero. Si te aburres del agua, puedes añadirle cada día algo que le dé sabores distintos, como la hierbabuena, naranja, limón, etc.

6. Fuera el alcohol

No hay excusas. El alcohol deshidrata y engorda. Si reduces o eliminas el alcohol, te sentirás inmediatamente más productivo y enérgico. También a largo plazo ahorrarás tiempo de visitas a la consulta del médico.

5. Date un paseo al día

La razón número 1 por la que la gente no camina es por falta de tiempo. ¿Por falta de tiempo? Todos tenemos 24 horas al día. De ti depende que las emplees en algo importante. Si quieres llevar una dieta saludable e invertir en salud, debes complementar tu alimentación con ejercicio. ¿No tienes 40 minutos al día para darte un buen paseo rápido? Levántate antes y date un paseo. Ni te imaginas la cantidad de enfermedades que te ahorrarás en el futuro. Piensa a largo plazo. Tu día a día puede ser muy ajetreado, pero no querrás cambiarlo por problemas cardiovasculares.

4. Observa tu vida como un todo

Te propongo un ejercicio a realizar 3 veces al día. Expande tu atención. No pienses sólo en lo que estás haciendo en ese momento. No pienses en el trabajo, en la familia, en la comida o en ti. Intenta pensar en tu vida como un conjunto de todas las áreas importantes en las que enfocarse. Una vez que consigas esa visión piensa en cómo se relacionan entre ellas. Entonces te darás cuenta de hasta qué punto llevar una dieta saludable influirá en el resto de áreas de tu vida.

3. Un pasito al día

Llevar una dieta saludable cuando no se tiene el hábito puede resultar agobiante al principio. Puedes dar un pasito cada día, avanzando hacia unos hábitos mejores. Es mejor un poquito más y mejor cada día, que empezar siendo rígido con unos hábitos sanos y no ser constante. Mañana concéntrate en el desayuno. Pasado mañana concéntrate en no saltarte comidas. Al otro ya veremos…

2. Come alimentos no procesados

Los alimentos muy procesados ponen en peligro tu salud y aumentan tu grasa corporal. Te enseñaré un sencillo método para clasificar los alimentos procesados y los que no lo son. Imagínate el abecedario. Una naranja recién salida del árbol pertenece a la categoría A. Si la exprimes para hacerla zumo se convierte en B. Si le echas azúcar se convierte en C. Este método es muy sencillo para ayudarte a elegir alimentos lo menos procesados posibles. ¿Cuántos pasos se han tenido que dar hasta fabricar una pizza?… ¿Y una hamburguesa?

1. Y el más importante. El nutriente clave de la productividad.

Siempre hemos oído hablar de que algunos alimentos favorecían más la productividad que otros. Sin embargo, hasta hace poco los científicos no han sabido exactamente hasta qué punto influían. Supongo que habrás oído hablar de que tienes que comerte 5 piezas de fruta al día y comer mucha verdura para ser muy productivo. Independientemente de que la fruta y la verdura sean necesarias para una dieta saludable, se ha demostrado que hay otros factores que influyen más en la productividad.

Una nutrición adecuada puede elevar los niveles de productividad en un 20% en promedio -OMS

El doctor Leigh Gibson, psicólogo experto en conducta alimenticia de la Universidad de Roehampton, realizó un estudio para comprobar la influencia de ciertos nutrientes en el organismo. Es un experto en neuroquímica del apetito, ansiedad y estrés. El Dr. Gibson afirma que el cerebro funciona mejor con 25 gramos de glucosa en el torrente sanguíneo… (más o menos la cantidad que se encuentra en un plátano)

La cuestión está en que para ser más productivo es más importante de lo que se pensaba mantener estables los niveles de glucosa.

En lugar de tomar un dulce procesado y darle un subidón de azúcar al organismo, es preferible tomar avena, plátanos, etc, para que la glucosa se libere gradualmente. Así se optimiza la capacidad intelectual y la concentración mental tan necesarias para la gente atareada.

Como sabes, todas las facetas de la vida están relacionadas. Si cuidas tu salud, tu vida, tu negocio y tu familia irán a más. Llevar una dieta saludable puede ser difícil en un día a día estresante. Sin embargo, con estos 21 trucos notarás una diferencia enorme. ¿Cuál de estos trucos crees que te costará más aplicar a tu vida? Comenta cualquier idea que tengas sobre este tema…

21 claves de una dieta saludable para gente muy ocupada fue inicialmente publicado en: https://www.fluenting.com

21 claves de una dieta saludable para gente muy ocupada

Por cortesía de: Blog de Fluenting

¿Llegas a casa tarde y preparar algo sano te parece un suplicio? Poco a poco te has conformado con hacerte un bocadillo o comer fuera de casa cualquier cosa rápida. Si tienes una agenda apretada seguramente estás descuidando tu alimentación.

Según un estudio publicado en Public Health Nutrition los alimentos que se suelen ingerir fuera del hogar tienen una baja cantidad de nutrientes pero son muy calóricos.

En este post voy a mostrarte 21 reglas imprescincibles para seguir una dieta saludable, aunque seas una persona muy ocupada.

21. Desayuna de forma sana.

Si desayunas correctamente, tendrás energía para toda la mañana. Un desayuno demasiado rico en azúcares procesados (galletas, colacaos, bollos, etc) hará que te sientas pesado y no rindas en tu trabajo. Procura comer cereales naturales no azucarados: copos de avena, muesli, etc.

Añade a tu desayuno dos piezas de fruta, ya que contienen azúcares naturales de absorción rápida, que aportan la energía que necesitas y estarás de mejor humor. Puedes desayunar además algún lácteo.

Te pondré un ejemplo: yo desayuno un cuenco de avena con leche, un plátano y un zumo de naranja natural. Cuando este desayuno lo sustituyo por galletas o algún bollo, de repente me siento pesada e hinchada.

20. Mete el almuerzo en un tupper

Llévate el almuerzo de casa. Puede valer un montado pequeño de pavo y una pieza de fruta o un yogur. Este consejo es muy valioso porque además de ahorrar tiempo, también lo notará favorablemente tu bolsillo. Si te llevas tu almuerzo al trabajo en un tupper, puedes ahorrarte cientos de calorías comparado con pedir algún bocadillo en un restaurante.

19. Sigue la regla de la mitad del plato

En comidas y cenas, la mitad del plato debe contener verdura. Cómetela antes que todo lo demás. Los vegetales tienen propiedades saciantes, por tanto evitarás comerte el resto del plato con ansiedad.

18. Prepara verdura para varios días

Dedícate a preparar y cortar las verduras de toda la semana y guárdalas en la nevera separadas en raciones. Puedes cocerlas o hacerlas a la plancha. Así, las tendrás listas para ponerlas en el plato. En cada comida y cena, saca tu ración ya preparada y alíñala. Sólo en este paso puedes ahorrar entre 30 minutos y 1 hora por día.

17. Conoce tus “picoteos amigos”

Picotear entre horas puede ser sano. Solo tienes que eliminar unos alimentos y sustituirlos por otros. Olvida los refrescos azucarados, los bollos, las galletas, etc. En lugar de eso, llévate al trabajo unos trozos de jengibre, agua con limón, un puñado de frutos secos (no demasiados) o unas zanahorias.

16. Come cada 3 horas

Sé que estás ocupado y que pensarás que no tienes tiempo para comer tan a menudo. Pero ten en cuenta que si te saltas varias comidas, llegarás con tanta hambre a casa que acabarás inflándote. Además te sentirás pesado y tardarás más en recobrar la energía que necesitas.

Si comes cada tres horas, será difícil que el cuerpo te pida comer entre horas. Ponte una alarma para recordarte cada 3 horas que es el momento ideal de tomar algo sano.

15. Necesitas un plan B

A la hora de llevar una dieta saludable necesitas un plan B. Tú ya sabes que la vida no es algo rígido, y que muchas veces surgen invitaciones, compromisos, etc. Si tienes que ir a un restaurante, puedes tener prevista una comida sana para no caer en tentaciones innecesarias. Por ejemplo, una ensalada y un filete de pollo son una buena elección. (Por si estás pensando en una excusa para sabotearte, en el Burguer King también hay ensaladas).

14. No subestimes la merienda

Desgraciadamente, aún hay personas que asocian la merienda a una cosa de niños. He oído a más de uno decir: "yo ya no meriendo" (entre risas). Merendar es la clave para no atiborrarse en la cena… y ya conoces el dicho: “de grandes cenas están las sepulturas llenas”.

Puedes dejarte preparado un montado de jamón, de pavo, de pollo o de tomate con queso fresco y llevártelo al trabajo. Si quieres un tentempié más discreto puedes sustituir el montado por galletas sin azúcar y altas en fibra. Cuidado con las barritas energéticas; algunas llevan demasiado azúcar, y a veces son caramelos disfrazados de alimento sano.

13. Pésate todas las semanas

Pesarse y medirse es la manera más objetiva de saber si lo estás haciendo bien o no. Es fácil autoengañarse con los hábitos alimenticios. Para llevar una dieta saludable necesitas aceptar los resultados y modificar tus hábitos si las consecuencias no son las deseadas.

12. Sé constante

La mayoría de las dietas saludables no duran porque la gente se aburre enseguida de una disciplina tan estricta. Si tienes tentaciones de comerte algún capricho, puedes caer sin miedo. Una vez a la semana no le hace mal a nadie. Recuerda que una dieta saludable incluye el factor flexibilidad. Un caprichejo por semana no creará un mal hábito, y sin embargo te ayudará a llevar el resto de la semana con más alegría.

11. Sigue la dieta mediterránea

La dieta mediterránea está llena de nutrientes que reducen la inflamación del cerebro y mejoran la salud y la concentración. Puedes llevarte al trabajo una ensalada y aliñarla una vez que vayas a comértela. Te recomiendo que acompañes la ensalada con alguna carne baja en grasas que se pueda comer fría. Así te resultará más fácil comértela cuando tengas un momento libre. Ejemplos de estas carnes son la pechuga de pollo a la plancha, filetes de lomo a la sal, jamón, cecina de ciervo, carpaccio, etc.

10. No te saltes el desayuno.

Si hace falta levántate 30 minutos antes, pero no te saltes el desayuno. Tampoco vale con tomarte solo un café. Para muchos trabajos las horas más productivas son las de la mañana y es importante que no dependas de la cafeína. Toma algo sólido, si puede ser que contenga avena y fruta, mejor.

9. Llama a los especialistas.

Hay empresas que se dedican a llevar comida sana al trabajo. Estas empresas están en auge debido a la vida tan ajetreada que llevamos. No es cuestión de estar comiendo siempre de tupper o de comida fría. Busca el teléfono de alguna empresa cerca de tu localidad que te pueda llevar el almuerzo a la oficina el día que no puedas comer en casa.

8. Tómate un descanso.

Por muy ocupado que estés, tómate un descanso. Si comes y trabajas al mismo tiempo aumentará tu ansiedad y bajarán tus niveles de productividad. Es preferible que te concentres solo en comer durante 15’. Después te sentirás revitalizado y listo para volver al trabajo.

7. Bebe agua.

Es muy normal tener refrescos u otras bebidas azucaradas en la oficina. Elimina estos malos hábitos. Para llevar una dieta saludable necesitarás sustituir el refresco o el café por una botellita de agua. No hace falta que esperes a tener sed para beberte la botella de 2 litros de un golpe. Puedes ir dándole pequeños tragos mientras trabajas. Eso ayudará a depurar el organismo y a que te sientas más ligero. Si te aburres del agua, puedes añadirle cada día algo que le dé sabores distintos, como la hierbabuena, naranja, limón, etc.

6. Fuera el alcohol

No hay excusas. El alcohol deshidrata y engorda. Si reduces o eliminas el alcohol, te sentirás inmediatamente más productivo y enérgico. También a largo plazo ahorrarás tiempo de visitas a la consulta del médico.

5. Date un paseo al día

La razón número 1 por la que la gente no camina es por falta de tiempo. ¿Por falta de tiempo? Todos tenemos 24 horas al día. De ti depende que las emplees en algo importante. Si quieres llevar una dieta saludable e invertir en salud, debes complementar tu alimentación con ejercicio. ¿No tienes 40 minutos al día para darte un buen paseo rápido? Levántate antes y date un paseo. Ni te imaginas la cantidad de enfermedades que te ahorrarás en el futuro. Piensa a largo plazo. Tu día a día puede ser muy ajetreado, pero no querrás cambiarlo por problemas cardiovasculares.

4. Observa tu vida como un todo

Te propongo un ejercicio a realizar 3 veces al día. Expande tu atención. No pienses sólo en lo que estás haciendo en ese momento. No pienses en el trabajo, en la familia, en la comida o en ti. Intenta pensar en tu vida como un conjunto de todas las áreas importantes en las que enfocarse. Una vez que consigas esa visión piensa en cómo se relacionan entre ellas. Entonces te darás cuenta de hasta qué punto llevar una dieta saludable influirá en el resto de áreas de tu vida.

3. Un pasito al día

Llevar una dieta saludable cuando no se tiene el hábito puede resultar agobiante al principio. Puedes dar un pasito cada día, avanzando hacia unos hábitos mejores. Es mejor un poquito más y mejor cada día, que empezar siendo rígido con unos hábitos sanos y no ser constante. Mañana concéntrate en el desayuno. Pasado mañana concéntrate en no saltarte comidas. Al otro ya veremos…

2. Come alimentos no procesados

Los alimentos muy procesados ponen en peligro tu salud y aumentan tu grasa corporal. Te enseñaré un sencillo método para clasificar los alimentos procesados y los que no lo son. Imagínate el abecedario. Una naranja recién salida del árbol pertenece a la categoría A. Si la exprimes para hacerla zumo se convierte en B. Si le echas azúcar se convierte en C. Este método es muy sencillo para ayudarte a elegir alimentos lo menos procesados posibles. ¿Cuántos pasos se han tenido que dar hasta fabricar una pizza?… ¿Y una hamburguesa?

1. Y el más importante. El nutriente clave de la productividad.

Siempre hemos oído hablar de que algunos alimentos favorecían más la productividad que otros. Sin embargo, hasta hace poco los científicos no han sabido exactamente hasta qué punto influían. Supongo que habrás oído hablar de que tienes que comerte 5 piezas de fruta al día y comer mucha verdura para ser muy productivo. Independientemente de que la fruta y la verdura sean necesarias para una dieta saludable, se ha demostrado que hay otros factores que influyen más en la productividad.

Una nutrición adecuada puede elevar los niveles de productividad en un 20% en promedio -OMS

El doctor Leigh Gibson, psicólogo experto en conducta alimenticia de la Universidad de Roehampton, realizó un estudio para comprobar la influencia de ciertos nutrientes en el organismo. Es un experto en neuroquímica del apetito, ansiedad y estrés. El Dr. Gibson afirma que el cerebro funciona mejor con 25 gramos de glucosa en el torrente sanguíneo… (más o menos la cantidad que se encuentra en un plátano)

La cuestión está en que para ser más productivo es más importante de lo que se pensaba mantener estables los niveles de glucosa.

En lugar de tomar un dulce procesado y darle un subidón de azúcar al organismo, es preferible tomar avena, plátanos, etc, para que la glucosa se libere gradualmente. Así se optimiza la capacidad intelectual y la concentración mental tan necesarias para la gente atareada.

Como sabes, todas las facetas de la vida están relacionadas. Si cuidas tu salud, tu vida, tu negocio y tu familia irán a más. Llevar una dieta saludable puede ser difícil en un día a día estresante. Sin embargo, con estos 21 trucos notarás una diferencia enorme. ¿Cuál de estos trucos crees que te costará más aplicar a tu vida? Comenta cualquier idea que tengas sobre este tema…

21 claves de una dieta saludable para gente muy ocupada fue inicialmente publicado en: https://www.fluenting.com



source https://www.fluenting.com/21-claves-de-una-dieta-saludable-para-gente-muy-ocupada

sábado, 29 de diciembre de 2018

Cómo emprender un negocio

Originalmente visto en: Revista Fluenting

¿Quieres empezar un negocio para tener más libertad, hacer algo en lo que crees y ganar todo el dinero que te gustaría? ¿Necesitas generarte un empleo, aumentar tus ingresos o dejar un trabajo insoportable? Iniciar tu propio negocio puede ayudarte a llevar la vida que quieres, pero ¿por dónde empezar?

Lanzar un negocio aterroriza a la mayoría de personas, pero para los emprendedores es un sueño: puedes ser tu propio jefe, tener la última palabra en todo, incluso trabajar desde casa en pijama.

En el corazón de la mayoría de los emprendedores -y los hay de todo tipo- encontrarás a alguien con una visión, que aspira a ganarse la vida sin delegar el control sobre dónde, cuándo y con quién trabaja. Esa libertad conlleva la responsabilidad de crear clientes y obtener beneficios.

¿Qué es un negocio y a qué se dedica un emprendedor?

Hay muchas definiciones posibles. Simplificando mucho, las mías serían las siguientes:

Un negocio es un vehículo para intercambiar valor y servir a las personas -producir satisfacción al cliente; hacer feliz al cliente- de forma que compense a todos los participantes.

Por lo tanto, el propósito primario de los negocios es crear y mantener clientes. Las esencias de los negocios son: honestidad, esfuerzo, responsabilidad, integración, focalización, creatividad, objetividad, planificación de largo alcance, intensidad, eficacia, disciplina, pensamiento productivo y control.

El emprendedor es quien se encarga de construir una forma rentable y sostenible de hacer clientes felices.

Los emprendedores son gestores de proyectos aunque la mayoría no lo saben. Cuentan con recursos limitados para gestionar los riesgos y desarrollar un modelo de negocio viable en un plazo de tiempo dado.

¿Realmente tienes madera de emprendedor?

Como no todo el mundo está hecho para montar un negocio, lo mejor es que primero te pares a valorar si emprender va contigo o no. Considera lo siguiente antes de tomar una decisión:

  • Tendrás que ganarte el dinero que cobres cada mes. Probablemente no contarás con unos ingresos estables, y al principio seguramente no tendrás beneficios. Ya sabes que sin riesgo no hay gloria pero, ¿estás dispuesto a asumir que puedes perder dinero, que las ventas que hagas cada mes y los cobros que recibas dependerán de muchos factores? ¿Estás cómodo sabiendo que tú generarás tu nómina, y que no podrás echarle la culpa de lo que ganes a nadie más?
  • ¿Cuentas con destrezas suficientes para gestionar un negocio? No hace falta tener un MBA. Y puedes aprender muchas cosas sobre la marcha. Pero, ¿estás dispuesto a pensar por ti mismo, aprender de tus errores, tomar decisiones cuando no cuentas con toda la información y buscarte la vida para que las cosas salgan adelante? Y otra pregunta clave: ¿estás dispuesto a vender o te da pánico?
  • ¿Estáis preparados tú y los tuyos para sobrellevar el estrés de montar un negocio? Los negocios son criaturas que pueden consumir inmensas cantidades de tiempo y energía. Los tuyos se resentirán, sobre todo hasta que tu proyecto despegue y no dependa tanto de ti. ¿Eres consciente de la cantidad de trabajo y la concentración que va a suponer? Compaginar tu negocio con tu vida privada puede ser un gran reto.
  • La pasión y la motivación las pondrás tú. Sin verdadera pasión por tu proyecto de negocio pronto te quedarás sin gasolina o sin equipo. Además, si no tienes las ganas tus clientes pronto encontrarán a otros competidores con más hambre. Su talento quizá sea similar al tuyo; pero a mayor pasión, más entrega en lo que hacen. Así que otros te darán mil vueltas al trabajar con más ilusión y crear mejores soluciones.

¿Cómo emprender tu propio negocio?

Supongamos que tienes corazón de emprendedor. Los pasos necesarios para empezar tu negocio podrían agruparse en 3 principios clave:

  1. Validar tus suposiciones. En especial si realmente hay un mercado para lo que piensas ofrecer.
  2. Pivotar. Equivocarse es humano, rectificar es de sabios. No hagas más de lo mismo cuando algo no funcione.
  3. Escalar / Crecer: Hacer más y optimizar aquello que funciona. Sacrificar unas oportunidades para realizar otras (coste de oportunidad, un coste real para tu negocio).

Antes de seguir te pondré un ejemplo sencillo de cómo emprender un negocio, para que te vayas haciendo una idea más clara:

Me apasiona el futuro de las energías renovables porque estudié física en la UAM y tengo una visión que me motiva. Me asocio con un primo mío que estudió derecho y empresariales, y recluto a Pedro, un futuro agente comercial que necesita hacer prácticas.

Los tres vamos a diversos polígonos de Madrid a ofrecer los productos de una empresa, ya conocida en el sector de las renovables, con la que hace tiempo me puse en contacto para poder empezar a testar las aguas.

En el proceso averiguo que hay algunas cosas que no funcionan como yo creía. Tras escuchar a los clientes descubro qué se vende y qué debo cambiar para vender más.

Ahora estoy en condiciones de meter más recursos al proyecto. He aprendido bastante sobre lo que funciona y lo que no. Cuento con un pequeño equipo con el que empezar, y sé cómo diseñar una oferta más atractiva. Hemos conseguido algunas comisiones por las ventas hechas. Pronto podré vender mis propias soluciones en más zonas de España.

Lanzar un negocio es empezar un camino

Emprender paso a paso

Una vez que te sientas preparado para empezar tu negocio, tendrás que bocetar tu primer plan. Olvídate de crear desde el principio un plan de negocio que puedas presentar ante prestamistas o inversores. Eso llegará después.

Al principio se trata de pensar en papel y plasmar tus suposiciones respecto a QUÉ problema clave vas a solucionar, a QUIÉN te dirigirás primero, DÓNDE los encontrarás, CÓMO conseguirás resolverles su problema y CUÁNTO les cobrarás para que todo tenga sentido.

Toda empresa tiene 5 áreas fundamentales…

  • Producción: Se encarga de aportar soluciones (productos y servicios) útiles para el cliente.
  • Marketing: Se ocupa de atraer al cliente y facilitar la venta de sus productos.
  • Ventas: Cerrar acuerdos que conllevan intercambio de valor entre la empresa y sus clientes.
  • Entrega (Fulfillment): Cumplir todo lo prometido. Entrega de productos o servicios, calidad asociada, plazos establecidos, garantías…
  • Finanzas: Señala el marcador. Indica si lo que se hace tiene sentido económico, de cuánto se podría disponer y para cuándo.

Hay 2 campos de juego imprescindibles al empezar:

Uno tiene que ver con aportar una solución relevante para el cliente. Otro está relacionado con descubrir lo que quiere la gente, quienes lo quieren y cuánto están dispuestos a pagar por ello.

Podríamos hablar de la necesidad de entender tanto el problema que vas a resolver, como el porqué tu empresa se centra en un cliente dado y no en otros para crear un valor determinado.

Aprende a gestionar el conjunto del proyecto. Gestionar significa asumir y solucionar problemas.

  • Documenta -en tu diario empresarial, por ejemplo- en base a qué tomas tus principales decisiones de negocio. Ten presente que cada una de ellas cuenta, y que marcarán el rumbo de tu empresa
  • Céntrate en lo que solo tú puedes o debes hacer y alinéalo con tus fortalezas. Delega y subcontrata, sin agobiarte por cada detalle; pero sin renunciar a estar al tanto de lo importante
  • Focalízate en las pocas cosas que importan: equipo solvente, clientes y vender algo que tenga calidad. No te distraigas con las mil trivialidades que rodean el mundo de los negocios
  • No dejes para después ni delegues a terceros las decisiones que te corresponden solo porque te desagraden
  • Ármate de paciencia y desarrolla un sano sentido del humor (aprende a reírte de ti mismo)
  • Rodéate de personas que te apoyen emocionalmente y que tengan destrezas

Sin un buen músculo comercial, toda empresa está condenada al fracaso

Si no sabes vender, debes aprender. No es una opción para el emprendedor, sino una obligación. Busca ayuda si la necesitas, pero sin vender no podrás sacar adelante tu negocio. La única forma sana a largo plazo de financiar tu negocio es generando ventas. Sin el apoyo monetario de los clientes, no hay negocio que valga. Acéptalo cuanto antes, y asocia vender a emociones positivas.

  • Impulsa un círculo virtuoso de ventas. Vende bien, haz feliz a tu cliente, genera boca a boca y consigue más ventas
  • Hasta que encuentres una estrategia adecuada de ventas no te ates al producto, ni a la estrategia. Encontar la estrategia o modelo de comercialización es lo importante, el producto o un estrategia concreta son secundarios
  • Vende lo antes que puedas. Los productos, las instalaciones, los salarios… se pueden mejorar una vez que hay ventas
  • Ciérrate puertas. Tu éxito depende de aquello a lo que dices no. No intentes vender a todo el mundo
  • Las primeras ventas son para aprender. Al principio entender al cliente, su entorno y sus problemas vale más que el dinero
  • Imagina que tienes a un niño delante. Si no sabes explicar con sencillez lo que haces, harás muchas menos ventas
  • Necesitas gente que haga negocio, no solo ventas. No basta con un puñado de comerciales, busca gente que te ayude a construir el negocio desde el equipo comercial.

Solo las personas pueden emprender un negocio

Sin el respaldo de las personas no hay forma de crear empresa. No me gusta el término recursos humanos para hablar de tu equipo. Las personas tienen recursos, pero no son un recurso. Aunque empieces en solitario recuerda que con las personas apropiadas llegarás muy lejos y muy a gusto. Sin ellas te verás pronto en un infierno. Un emprendedor siempre está abierto y en busca de talento.

A largo plazo tu negocio triunfará si cuenta con una cultura empresarial sana, una visión motivadora, unos sistemas adecuados y un equipo capaz de responder ante los retos y marcar los goles.

¿Qué tener en cuenta al construir tu primer equipo de negocio?

  • Sé sincero con tus empleados y diles qué pueden esperar
  • Busca sinergias entre tus empleados para formar un equipo que pueda meter goles
  • Acepta a las personas como son, no pretendas cambiarlos para que encaje en tu negocio
  • Incentiva la productividad y aléjate de reuniones y formalismos innecesarios
  • Delega, asigna responsabilidades y da autoridad desde el principio a la gente oportuna
  • Los equipos cambian, céntrate en los próximos 6 a 9 meses
  • Las actitudes son tan importantes o más que las aptitudes de tu equipo

Cómo conseguir financiación

Para conseguir financiación lo único que necesitas es demostrar que tu proyecto es económicamente viable. Necesitarás encontrar la forma de demostrar que tu negocio funciona antes de poder acceder al dinero que buscas. Para explicar la dificultad básica usaré una metáfora:

Supón que emprender tu negocio es como empezar un pozo. Tú dices que hay agua, pero muchos no se lo creen. Al principio cuentas con tus ahorros y el apoyo de los pocos que te creen solo porque eres tú, o por que eres geólogo. Te pones a excavar en la zona más fácil con el método más astuto para ir haciendo un pozo cutrecillo. Después de pasar tus penurias y sudar la gota gorda gritas, ¡agua, agua! Entonces muchos que no se lo creían te querrán prestar dinero para que termines ese pozo, lo dejes bien rematado, y hagas muchos más.

Sabes que el dinero llama al dinero. Pero primero debes demostrar que puedes crear valor. Cuando tu negocio sea capaz de hacer clientes de forma rentable a pequeña escala, habrás pasado la prueba de fuego. Al demostrar que puedes hacer clientes felices sin perder dinero, los riegos se reducen drásticamente y podrás acceder a más y mejores condiciones de financiación.

¿Qué pone en peligro la situación financiera de tu proyecto de negocio?

  • Asumir demasiados gastos fijos
  • Ser imprudente al prever tus ingresos y subestimar tus expectativas de gastos
  • Evitar medir y hacer seguimiento de los resultados para cancelar lo que no funciona a tiempo
  • Aumentar los gastos por encima de lo previsto
  • No saber qué te da dinero, quién te paga mejor y qué margen comercial tienes
  • No actuar con diligencia para que tus clientes te paguen
  • Querer inventar la rueda. No apalancar sobre lo que ya está hecho
  • Ignorar cuántos días (meses) puedes aguantar sin hacer ventas
  • No tener un plan B, ni considerar qué ocurriría ante una bajada repentina del volumen de negocio
  • Tener un modelo de negocio que dificulta una futura venta de tu empresa

Pistas para generar un proyecto de negocio viable

  • Intenta ofrecer un producto/servicio mejor que lo que hay en el mercado. Y que además lo parezca.
  • Identifica el tipo de clientes que estarán dispuestos a pagar por lo que ofreces. Y si son suficientes como para sostener tu negocio.
  • Conócete a ti mismo y a la competencia. Las fortalezas y debilidades de cada uno.
  • Entiende el contexto de tu mercado, decide cómo y cuándo vas a entrar y a vender.
  • Identifica las temporadas de más ventas y las de menos. Planea tus necesidades de financiación.
  • Estima correctamente el tiempo y los recursos que vas a necesitar. (Si te quedas corto a un palmo del agua o del oro, quizá no tengas más remedio que abandonar el proyecto).
  • Céntrate en tus recursos, haz buenos contactos y selecciona la tecnología adecuada para la fase en que te encuentras.

¿Qué más puede poner en riesgo la viabilidad del negocio?

  • Escoger socios inadecuados, o ceder a cambio de la financiación una parte desproporcionada de tu empresa
  • No contar con un equipo adecuado
  • Conformarte con inversores a los que solo les interesa el dinero
  • No tener totalmente claro qué vendes y a quién vendes
  • Basarte solo en suposiciones y despreciar los datos reales
  • Creer que el ‘business plan’ es la panacea
  • Confundir terquedad con perseverancia. No saber invertir a tiempo en nuevas líneas de negocio
  • No estudiar directamente al mercado, evitando contactar directamente con tus clientes
  • Ignorar a los expertos del sector
  • Subestimar a las personas o pecar de prepotencia
  • Apoyar el éxito en subvenciones de terceros

Crea el negocio que sueñas y el cielo será el límite

Cuando un negocio se hace bien, la recompensa es enorme

Emprender un negocio es lo más parecido que se me ocurre a crear vida de la nada. Desde la concepción de la idea de negocio, hasta que el proyecto cobra vida propia tienen que pasar muchas cosas. Pero cuando un negocio está bien diseñado y hace felices a todos los que participan de él, las recompensas no son solo monetarias o individuales.

En tu opinión, ¿qué beneficios concretos te aportaría a ti y al resto de la sociedad una empresa de la que te sintieras verdaderamente orgulloso?

Cómo emprender un negocio es cortesía de: Blog de Fluenting



source https://www.fluenting.com/como-emprender-un-negocio

Cómo emprender un negocio

Inicialmente escrito para: https://www.fluenting.com

¿Quieres empezar un negocio para tener más libertad, hacer algo en lo que crees y ganar todo el dinero que te gustaría? ¿Necesitas generarte un empleo, aumentar tus ingresos o dejar un trabajo insoportable? Iniciar tu propio negocio puede ayudarte a llevar la vida que quieres, pero ¿por dónde empezar?

Lanzar un negocio aterroriza a la mayoría de personas, pero para los emprendedores es un sueño: puedes ser tu propio jefe, tener la última palabra en todo, incluso trabajar desde casa en pijama.

En el corazón de la mayoría de los emprendedores -y los hay de todo tipo- encontrarás a alguien con una visión, que aspira a ganarse la vida sin delegar el control sobre dónde, cuándo y con quién trabaja. Esa libertad conlleva la responsabilidad de crear clientes y obtener beneficios.

¿Qué es un negocio y a qué se dedica un emprendedor?

Hay muchas definiciones posibles. Simplificando mucho, las mías serían las siguientes:

Un negocio es un vehículo para intercambiar valor y servir a las personas -producir satisfacción al cliente; hacer feliz al cliente- de forma que compense a todos los participantes.

Por lo tanto, el propósito primario de los negocios es crear y mantener clientes. Las esencias de los negocios son: honestidad, esfuerzo, responsabilidad, integración, focalización, creatividad, objetividad, planificación de largo alcance, intensidad, eficacia, disciplina, pensamiento productivo y control.

El emprendedor es quien se encarga de construir una forma rentable y sostenible de hacer clientes felices.

Los emprendedores son gestores de proyectos aunque la mayoría no lo saben. Cuentan con recursos limitados para gestionar los riesgos y desarrollar un modelo de negocio viable en un plazo de tiempo dado.

¿Realmente tienes madera de emprendedor?

Como no todo el mundo está hecho para montar un negocio, lo mejor es que primero te pares a valorar si emprender va contigo o no. Considera lo siguiente antes de tomar una decisión:

  • Tendrás que ganarte el dinero que cobres cada mes. Probablemente no contarás con unos ingresos estables, y al principio seguramente no tendrás beneficios. Ya sabes que sin riesgo no hay gloria pero, ¿estás dispuesto a asumir que puedes perder dinero, que las ventas que hagas cada mes y los cobros que recibas dependerán de muchos factores? ¿Estás cómodo sabiendo que tú generarás tu nómina, y que no podrás echarle la culpa de lo que ganes a nadie más?
  • ¿Cuentas con destrezas suficientes para gestionar un negocio? No hace falta tener un MBA. Y puedes aprender muchas cosas sobre la marcha. Pero, ¿estás dispuesto a pensar por ti mismo, aprender de tus errores, tomar decisiones cuando no cuentas con toda la información y buscarte la vida para que las cosas salgan adelante? Y otra pregunta clave: ¿estás dispuesto a vender o te da pánico?
  • ¿Estáis preparados tú y los tuyos para sobrellevar el estrés de montar un negocio? Los negocios son criaturas que pueden consumir inmensas cantidades de tiempo y energía. Los tuyos se resentirán, sobre todo hasta que tu proyecto despegue y no dependa tanto de ti. ¿Eres consciente de la cantidad de trabajo y la concentración que va a suponer? Compaginar tu negocio con tu vida privada puede ser un gran reto.
  • La pasión y la motivación las pondrás tú. Sin verdadera pasión por tu proyecto de negocio pronto te quedarás sin gasolina o sin equipo. Además, si no tienes las ganas tus clientes pronto encontrarán a otros competidores con más hambre. Su talento quizá sea similar al tuyo; pero a mayor pasión, más entrega en lo que hacen. Así que otros te darán mil vueltas al trabajar con más ilusión y crear mejores soluciones.

¿Cómo emprender tu propio negocio?

Supongamos que tienes corazón de emprendedor. Los pasos necesarios para empezar tu negocio podrían agruparse en 3 principios clave:

  1. Validar tus suposiciones. En especial si realmente hay un mercado para lo que piensas ofrecer.
  2. Pivotar. Equivocarse es humano, rectificar es de sabios. No hagas más de lo mismo cuando algo no funcione.
  3. Escalar / Crecer: Hacer más y optimizar aquello que funciona. Sacrificar unas oportunidades para realizar otras (coste de oportunidad, un coste real para tu negocio).

Antes de seguir te pondré un ejemplo sencillo de cómo emprender un negocio, para que te vayas haciendo una idea más clara:

Me apasiona el futuro de las energías renovables porque estudié física en la UAM y tengo una visión que me motiva. Me asocio con un primo mío que estudió derecho y empresariales, y recluto a Pedro, un futuro agente comercial que necesita hacer prácticas.

Los tres vamos a diversos polígonos de Madrid a ofrecer los productos de una empresa, ya conocida en el sector de las renovables, con la que hace tiempo me puse en contacto para poder empezar a testar las aguas.

En el proceso averiguo que hay algunas cosas que no funcionan como yo creía. Tras escuchar a los clientes descubro qué se vende y qué debo cambiar para vender más.

Ahora estoy en condiciones de meter más recursos al proyecto. He aprendido bastante sobre lo que funciona y lo que no. Cuento con un pequeño equipo con el que empezar, y sé cómo diseñar una oferta más atractiva. Hemos conseguido algunas comisiones por las ventas hechas. Pronto podré vender mis propias soluciones en más zonas de España.

Lanzar un negocio es empezar un camino

Emprender paso a paso

Una vez que te sientas preparado para empezar tu negocio, tendrás que bocetar tu primer plan. Olvídate de crear desde el principio un plan de negocio que puedas presentar ante prestamistas o inversores. Eso llegará después.

Al principio se trata de pensar en papel y plasmar tus suposiciones respecto a QUÉ problema clave vas a solucionar, a QUIÉN te dirigirás primero, DÓNDE los encontrarás, CÓMO conseguirás resolverles su problema y CUÁNTO les cobrarás para que todo tenga sentido.

Toda empresa tiene 5 áreas fundamentales…

  • Producción: Se encarga de aportar soluciones (productos y servicios) útiles para el cliente.
  • Marketing: Se ocupa de atraer al cliente y facilitar la venta de sus productos.
  • Ventas: Cerrar acuerdos que conllevan intercambio de valor entre la empresa y sus clientes.
  • Entrega (Fulfillment): Cumplir todo lo prometido. Entrega de productos o servicios, calidad asociada, plazos establecidos, garantías…
  • Finanzas: Señala el marcador. Indica si lo que se hace tiene sentido económico, de cuánto se podría disponer y para cuándo.

Hay 2 campos de juego imprescindibles al empezar:

Uno tiene que ver con aportar una solución relevante para el cliente. Otro está relacionado con descubrir lo que quiere la gente, quienes lo quieren y cuánto están dispuestos a pagar por ello.

Podríamos hablar de la necesidad de entender tanto el problema que vas a resolver, como el porqué tu empresa se centra en un cliente dado y no en otros para crear un valor determinado.

Aprende a gestionar el conjunto del proyecto. Gestionar significa asumir y solucionar problemas.

  • Documenta -en tu diario empresarial, por ejemplo- en base a qué tomas tus principales decisiones de negocio. Ten presente que cada una de ellas cuenta, y que marcarán el rumbo de tu empresa
  • Céntrate en lo que solo tú puedes o debes hacer y alinéalo con tus fortalezas. Delega y subcontrata, sin agobiarte por cada detalle; pero sin renunciar a estar al tanto de lo importante
  • Focalízate en las pocas cosas que importan: equipo solvente, clientes y vender algo que tenga calidad. No te distraigas con las mil trivialidades que rodean el mundo de los negocios
  • No dejes para después ni delegues a terceros las decisiones que te corresponden solo porque te desagraden
  • Ármate de paciencia y desarrolla un sano sentido del humor (aprende a reírte de ti mismo)
  • Rodéate de personas que te apoyen emocionalmente y que tengan destrezas

Sin un buen músculo comercial, toda empresa está condenada al fracaso

Si no sabes vender, debes aprender. No es una opción para el emprendedor, sino una obligación. Busca ayuda si la necesitas, pero sin vender no podrás sacar adelante tu negocio. La única forma sana a largo plazo de financiar tu negocio es generando ventas. Sin el apoyo monetario de los clientes, no hay negocio que valga. Acéptalo cuanto antes, y asocia vender a emociones positivas.

  • Impulsa un círculo virtuoso de ventas. Vende bien, haz feliz a tu cliente, genera boca a boca y consigue más ventas
  • Hasta que encuentres una estrategia adecuada de ventas no te ates al producto, ni a la estrategia. Encontar la estrategia o modelo de comercialización es lo importante, el producto o un estrategia concreta son secundarios
  • Vende lo antes que puedas. Los productos, las instalaciones, los salarios… se pueden mejorar una vez que hay ventas
  • Ciérrate puertas. Tu éxito depende de aquello a lo que dices no. No intentes vender a todo el mundo
  • Las primeras ventas son para aprender. Al principio entender al cliente, su entorno y sus problemas vale más que el dinero
  • Imagina que tienes a un niño delante. Si no sabes explicar con sencillez lo que haces, harás muchas menos ventas
  • Necesitas gente que haga negocio, no solo ventas. No basta con un puñado de comerciales, busca gente que te ayude a construir el negocio desde el equipo comercial.

Solo las personas pueden emprender un negocio

Sin el respaldo de las personas no hay forma de crear empresa. No me gusta el término recursos humanos para hablar de tu equipo. Las personas tienen recursos, pero no son un recurso. Aunque empieces en solitario recuerda que con las personas apropiadas llegarás muy lejos y muy a gusto. Sin ellas te verás pronto en un infierno. Un emprendedor siempre está abierto y en busca de talento.

A largo plazo tu negocio triunfará si cuenta con una cultura empresarial sana, una visión motivadora, unos sistemas adecuados y un equipo capaz de responder ante los retos y marcar los goles.

¿Qué tener en cuenta al construir tu primer equipo de negocio?

  • Sé sincero con tus empleados y diles qué pueden esperar
  • Busca sinergias entre tus empleados para formar un equipo que pueda meter goles
  • Acepta a las personas como son, no pretendas cambiarlos para que encaje en tu negocio
  • Incentiva la productividad y aléjate de reuniones y formalismos innecesarios
  • Delega, asigna responsabilidades y da autoridad desde el principio a la gente oportuna
  • Los equipos cambian, céntrate en los próximos 6 a 9 meses
  • Las actitudes son tan importantes o más que las aptitudes de tu equipo

Cómo conseguir financiación

Para conseguir financiación lo único que necesitas es demostrar que tu proyecto es económicamente viable. Necesitarás encontrar la forma de demostrar que tu negocio funciona antes de poder acceder al dinero que buscas. Para explicar la dificultad básica usaré una metáfora:

Supón que emprender tu negocio es como empezar un pozo. Tú dices que hay agua, pero muchos no se lo creen. Al principio cuentas con tus ahorros y el apoyo de los pocos que te creen solo porque eres tú, o por que eres geólogo. Te pones a excavar en la zona más fácil con el método más astuto para ir haciendo un pozo cutrecillo. Después de pasar tus penurias y sudar la gota gorda gritas, ¡agua, agua! Entonces muchos que no se lo creían te querrán prestar dinero para que termines ese pozo, lo dejes bien rematado, y hagas muchos más.

Sabes que el dinero llama al dinero. Pero primero debes demostrar que puedes crear valor. Cuando tu negocio sea capaz de hacer clientes de forma rentable a pequeña escala, habrás pasado la prueba de fuego. Al demostrar que puedes hacer clientes felices sin perder dinero, los riegos se reducen drásticamente y podrás acceder a más y mejores condiciones de financiación.

¿Qué pone en peligro la situación financiera de tu proyecto de negocio?

  • Asumir demasiados gastos fijos
  • Ser imprudente al prever tus ingresos y subestimar tus expectativas de gastos
  • Evitar medir y hacer seguimiento de los resultados para cancelar lo que no funciona a tiempo
  • Aumentar los gastos por encima de lo previsto
  • No saber qué te da dinero, quién te paga mejor y qué margen comercial tienes
  • No actuar con diligencia para que tus clientes te paguen
  • Querer inventar la rueda. No apalancar sobre lo que ya está hecho
  • Ignorar cuántos días (meses) puedes aguantar sin hacer ventas
  • No tener un plan B, ni considerar qué ocurriría ante una bajada repentina del volumen de negocio
  • Tener un modelo de negocio que dificulta una futura venta de tu empresa

Pistas para generar un proyecto de negocio viable

  • Intenta ofrecer un producto/servicio mejor que lo que hay en el mercado. Y que además lo parezca.
  • Identifica el tipo de clientes que estarán dispuestos a pagar por lo que ofreces. Y si son suficientes como para sostener tu negocio.
  • Conócete a ti mismo y a la competencia. Las fortalezas y debilidades de cada uno.
  • Entiende el contexto de tu mercado, decide cómo y cuándo vas a entrar y a vender.
  • Identifica las temporadas de más ventas y las de menos. Planea tus necesidades de financiación.
  • Estima correctamente el tiempo y los recursos que vas a necesitar. (Si te quedas corto a un palmo del agua o del oro, quizá no tengas más remedio que abandonar el proyecto).
  • Céntrate en tus recursos, haz buenos contactos y selecciona la tecnología adecuada para la fase en que te encuentras.

¿Qué más puede poner en riesgo la viabilidad del negocio?

  • Escoger socios inadecuados, o ceder a cambio de la financiación una parte desproporcionada de tu empresa
  • No contar con un equipo adecuado
  • Conformarte con inversores a los que solo les interesa el dinero
  • No tener totalmente claro qué vendes y a quién vendes
  • Basarte solo en suposiciones y despreciar los datos reales
  • Creer que el ‘business plan’ es la panacea
  • Confundir terquedad con perseverancia. No saber invertir a tiempo en nuevas líneas de negocio
  • No estudiar directamente al mercado, evitando contactar directamente con tus clientes
  • Ignorar a los expertos del sector
  • Subestimar a las personas o pecar de prepotencia
  • Apoyar el éxito en subvenciones de terceros

Crea el negocio que sueñas y el cielo será el límite

Cuando un negocio se hace bien, la recompensa es enorme

Emprender un negocio es lo más parecido que se me ocurre a crear vida de la nada. Desde la concepción de la idea de negocio, hasta que el proyecto cobra vida propia tienen que pasar muchas cosas. Pero cuando un negocio está bien diseñado y hace felices a todos los que participan de él, las recompensas no son solo monetarias o individuales.

En tu opinión, ¿qué beneficios concretos te aportaría a ti y al resto de la sociedad una empresa de la que te sintieras verdaderamente orgulloso?

Cómo emprender un negocio está disponible en: FLUENTING impúlsate a una mayor calidad de vida

viernes, 28 de diciembre de 2018

10 cosas que nunca has querido saber sobre nutrición

Originalmente publicado en: Fluenting

La nutrición es un tema del que todo el mundo cree saber, especialmente las madres. Es como si al parir les introdujeran los conocimientos directamente en el cerebro al estilo Matrix… En lugar de “ya sé kung fu” ellas piensan “ya sé nutrición”. Sin embargo, mucha gente está muy equivocada acerca de qué es una correcta alimentación y qué no lo es. En este post voy a desmentir 10 mitos sobre nutrición que seguramente romperán tus esquemas (y los de tu madre…)

Mito 1: Las comidas de cuchara son más sanas

Probablemente es uno de los mitos más extendidos. Te haré dos preguntas rápidas… 1) ¿Qué es más sano: un filete a la plancha con judías verdes, o un plato de alubias con chorizo? 2) ¿Qué es más sano: un plato de lentejas viudas o un plato de cochinillo frito? La respuesta a la primera pregunta es: el filete. La respuesta a la segunda pregunta es: las lentejas. Como ves, la cuchara no es la solución a todos los problemas nutricionales.

Si estás pensando en hacerle una salsa al cochinillo frito para podértelo comer con cuchara y así convertirlo en “plato sano”, piénsatelo dos veces. Si eres de los que dicen: “yo como muy bien porque como mucho de cuchara”, tengo que decirte que replantees tus creencias. Si te escudas en tu cuchara para comer lo que te apetezca, tal vez en unos años te haga una visita el señor colesterol, el sobrepeso o la hipertensión.

Mito 2: Hay que comer cuando se tenga hambre

La mayoría de la gente no distingue entre comer por hambre y comer por gula. La sensación de hambre se produce cuando el estómago está vacío. A veces no distinguimos bien el hambre real del deseo de comer. Otras veces la sed se confunde con el hambre. Además, el cuerpo se acostumbra a los hábitos que le impongas. Si quieres tener un metabolismo activo y sano deberías comer cada 3 o 4 horas. Pero si solo “sientes” hambre dos veces al día, ¿le darás de comer a tu cuerpo sólo dos veces al día?

Un ejemplo extremo: a un bebé se le da de comer cada 3 horas, independientemente de si protesta o no. No le dices: “hijo mío, hasta que no llores de hambre, no probarás bocado”. No. Simplemente le toca comer y punto. ¿Entonces por qué cuando se trata de ti, tienes que esperar a que tu estómago ruja cual león?

Estoy de acuerdo en que no es bueno hincharse y tampoco comer por comer. Ahora bien, una vez que has adquirido malos hábitos de alimentación, has “hackeado” tu cuerpo y te cuesta más distinguir el hambre real del simple deseo. La solución: come cada 3 o 4 horas en cantidades pequeñas y en poco tiempo tendrás hambre cuando debas tenerla.

Mito 3: Estoy gordo, pero es mi constitución

No lo voy a negar. El factor genético influye. De hecho, del 30% al 40% de la población obesa mundial se debe a causas genéticas. Eso no quiere decir que tengas la excusa perfecta. “Da igual lo que coma… si lo mío es genético…” Y así se pasan los días zampando hamburguesas y patatas fritas.

Una correcta nutrición soluciona problemas de obesidad

El 80% de las personas con obesidad o sobrepeso pueden corregir el problema a base de unos hábitos correctos de alimentación. Los casos más comunes son los siguientes: o bien tu familia ha comido siempre como una lima y te has acostumbrado a nutrirte mal, o bien fue hace unos años cuando te empezaste a descuidar. En cualquier caso, el factor genético no es una excusa. De hecho, si eres propenso genéticamente a engordar, puedes estar delgado. Sólo necesitas cuidarte un 40% más que una persona normal y llevar una nutrición correcta. Sin excusas.

Mito 4: Para comer bien hay que comer de todo y quedarse con un “pelín” de hambre

No se trata de quedarse con hambre, ni siquiera cuando quieres adelgazar. Una correcta nutrición pasa por darle al cuerpo lo que necesita. El problema es que muchos creen saber lo que necesita sin haber estudiado nada sobre el tema. Por cierto, me surge una duda: cuando algunos dicen lo de quedarse con un “pelín” de hambre, ¿cómo miden exactamente el “pelín”?

Lo de comer de todo es cierto, pero cuidado. Aquí me tengo que referir de nuevo a las madres cuando utilizan la expresión: “comer de todo”, cuando en realidad quieren decir “come de lo que yo te pongo porque lo digo yo”

Conocer la proporción correcta es clave para una nutrición sana

Una sana proporción de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) es necesaria. Los expertos en nutrición establecen como una proporción estándar 55% de carbohidratos, 30% de proteínas y 15% de grasas. Sin embargo tendrás que ajustar esas proporciones según tu situación particular. La cuestión es que cuando decimos “yo como de todo” no estamos calculando con exactitud dicha proporción.

Mito 5: La comida española es la más sana

Aquí es cuando muchos echan mano de la “dieta mediterránea” para justificar los excesos. Recuerdo un día que pedí una pizza del Telepizza y al recogerla, vi que en la caja ponía: “¡Esto es dieta mediterránea!”

No todas las comidas españolas pertenecen a la dieta mediterránea

Voy a aclarar una cosa: que un ingrediente se encuentre en territorio español o cerca del Mediterráneo, no lo hace sano de por sí. Una pizza del Telepizza no es dieta mediterránea, aunque lleve pimiento y tomate de la tierra. Unas alitas de pollo fritas no son dieta mediterránea, aunque el pollo sea de una granja valenciana.

La forma de cocinar los alimentos es tan importante como el alimento en sí. No es lo mismo cocer que freír y no es lo mismo echar chorizo que no echarlo.

Ancel Keys, el gran impulsor de la dieta mediterránea en los años 50, utilizó este término para referirse a los hábitos alimentarios observados en el área mediterránea. Estos hábitos incluían un 55% de hidratos de carbono, un 15% de proteínas, un 10% de ácidos grasos saturados, un 15% de ácidos grasos monoinsaturados y 5% de ácidos grasos poliinsaturados aproximadamente.

La cuestión es que los hábitos en España no son, ni mucho menos, los que había en los años 50. Los alimentos de antes no eran tan procesados (salchichas, hamburguesas… ni tampoco pizzas). No se solían freír las cosas y tampoco se le echaba por costumbre de todo a las legumbres, que solían ser viudas o con alguna verdura. Recuerda esto cuando oigas a alguien decir que la comida española es la más sana. Depende de qué alimento y de cómo lo cocines.

Mito 6: Comer bien es fácil

Como he dicho al principio, todo el mundo “sabe” de nutrición, sobre todo las madres. Comer bien no es ni fácil ni intuitivo. Una sana nutrición requiere de conocimientos específicos. Es fácil engañarse con las cantidades, las proporciones o acabar comiendo lo que es más barato.

Por ejemplo, no todo el mundo tiene la misma complexión ni gasta las mismas energías. Entonces, ¿por qué todos los platos que se ponen en la mesa son igual de grandes? Otro ejemplo es una de las frases más utilizadas por las madres: “¡si porque te tomes un poquito de esto no pasa nada…!” Tal vez les regalen un libro de nutrición en el hospital al parir. Y así un día tras otro comiendo un poco de esas croquetas tan deliciosas y un poco de ese plataco de fabada asturiana, acabas mal nutrido y/o con sobrepeso.

Mito 7: Lo light es sano

Un donut “light” engorda muchísimo, por muy light que sea. Lo que presume de no tener azúcares añadidos, lleva añadido otra cosa peor. Las etiquetas suelen engañar. Por ejemplo: libre de grasa no significa libre de azúcar ni libre de calorías. Otro ejemplo: una Coca Cola light no lleva azúcar añadido, pero sin duda lleva otro tipo de edulcorantes artificiales que son peores aún para la salud.

Light no es sinónimo de sano

Mito 8: Existen alimentos neutrales que ni engordan ni adelgazan

Ningún alimento es neutral. Todo ayuda o perjudica según el momento, con qué más te lo tomas, los ingredientes y la cantidad. Por ejemplo, comer mucha verdura, por sana que sea, podría llegar a engordar si te pasas. El principio número 1 de la ley del equilibrio calórico establece que demasiado de cualquier cosa engorda, incluso la comida sana.

Mito 9: No se pueden tomar hidratos de carbono y proteínas juntos

Hubo algunos nutricionistas en los años 80 que opinaron que la proteína necesitaba un medio ácido para ser digerido y los carbohidratos un medio alcalino. Decían que el sistema digestivo no puede encargarse de las dos cosas a la vez. Estas personas subestimaron el poder del organismo. Los jugos gástricos, en condiciones normales, pueden con todo sin problemas.

Mito 10: La comida basura siempre se almacena en forma de grasa

La ley número 2 del equilibrio calórico establece que pequeñas cantidades de cualquier cosa, incluso la comida basura, no se almacenarán en forma de grasa siempre y cuando quemes más calorías de las que ingieres… (haciendo ejercicio, se entiende)

Para estar sano, haz ejercicio a diario

Alimentarte bien, además de prevenir enfermedades, te hará sentir más ágil, sano y lleno de energía. Estos son los 10 mitos más extendidos que, por el contrario, facilitan una mala e incorrecta nutrición. Seguro que hay más mitos acerca de la nutrición… ya sabes, creencias de esas que todo el mundo da por ciertas pero que no lo son. ¿Conoces alguno más? Por favor, coméntanoslo.

El post 10 cosas que nunca has querido saber sobre nutrición se ha publicado de: https://www.fluenting.com



source https://www.fluenting.com/10-cosas-que-nunca-has-querido-saber-sobre-nutricion

10 cosas que nunca has querido saber sobre nutrición

Originalmente publicado en: Fluenting

La nutrición es un tema del que todo el mundo cree saber, especialmente las madres. Es como si al parir les introdujeran los conocimientos directamente en el cerebro al estilo Matrix… En lugar de “ya sé kung fu” ellas piensan “ya sé nutrición”. Sin embargo, mucha gente está muy equivocada acerca de qué es una correcta alimentación y qué no lo es. En este post voy a desmentir 10 mitos sobre nutrición que seguramente romperán tus esquemas (y los de tu madre…)

Mito 1: Las comidas de cuchara son más sanas

Probablemente es uno de los mitos más extendidos. Te haré dos preguntas rápidas… 1) ¿Qué es más sano: un filete a la plancha con judías verdes, o un plato de alubias con chorizo? 2) ¿Qué es más sano: un plato de lentejas viudas o un plato de cochinillo frito? La respuesta a la primera pregunta es: el filete. La respuesta a la segunda pregunta es: las lentejas. Como ves, la cuchara no es la solución a todos los problemas nutricionales.

Si estás pensando en hacerle una salsa al cochinillo frito para podértelo comer con cuchara y así convertirlo en “plato sano”, piénsatelo dos veces. Si eres de los que dicen: “yo como muy bien porque como mucho de cuchara”, tengo que decirte que replantees tus creencias. Si te escudas en tu cuchara para comer lo que te apetezca, tal vez en unos años te haga una visita el señor colesterol, el sobrepeso o la hipertensión.

Mito 2: Hay que comer cuando se tenga hambre

La mayoría de la gente no distingue entre comer por hambre y comer por gula. La sensación de hambre se produce cuando el estómago está vacío. A veces no distinguimos bien el hambre real del deseo de comer. Otras veces la sed se confunde con el hambre. Además, el cuerpo se acostumbra a los hábitos que le impongas. Si quieres tener un metabolismo activo y sano deberías comer cada 3 o 4 horas. Pero si solo “sientes” hambre dos veces al día, ¿le darás de comer a tu cuerpo sólo dos veces al día?

Un ejemplo extremo: a un bebé se le da de comer cada 3 horas, independientemente de si protesta o no. No le dices: “hijo mío, hasta que no llores de hambre, no probarás bocado”. No. Simplemente le toca comer y punto. ¿Entonces por qué cuando se trata de ti, tienes que esperar a que tu estómago ruja cual león?

Estoy de acuerdo en que no es bueno hincharse y tampoco comer por comer. Ahora bien, una vez que has adquirido malos hábitos de alimentación, has “hackeado” tu cuerpo y te cuesta más distinguir el hambre real del simple deseo. La solución: come cada 3 o 4 horas en cantidades pequeñas y en poco tiempo tendrás hambre cuando debas tenerla.

Mito 3: Estoy gordo, pero es mi constitución

No lo voy a negar. El factor genético influye. De hecho, del 30% al 40% de la población obesa mundial se debe a causas genéticas. Eso no quiere decir que tengas la excusa perfecta. “Da igual lo que coma… si lo mío es genético…” Y así se pasan los días zampando hamburguesas y patatas fritas.

Una correcta nutrición soluciona problemas de obesidad

El 80% de las personas con obesidad o sobrepeso pueden corregir el problema a base de unos hábitos correctos de alimentación. Los casos más comunes son los siguientes: o bien tu familia ha comido siempre como una lima y te has acostumbrado a nutrirte mal, o bien fue hace unos años cuando te empezaste a descuidar. En cualquier caso, el factor genético no es una excusa. De hecho, si eres propenso genéticamente a engordar, puedes estar delgado. Sólo necesitas cuidarte un 40% más que una persona normal y llevar una nutrición correcta. Sin excusas.

Mito 4: Para comer bien hay que comer de todo y quedarse con un “pelín” de hambre

No se trata de quedarse con hambre, ni siquiera cuando quieres adelgazar. Una correcta nutrición pasa por darle al cuerpo lo que necesita. El problema es que muchos creen saber lo que necesita sin haber estudiado nada sobre el tema. Por cierto, me surge una duda: cuando algunos dicen lo de quedarse con un “pelín” de hambre, ¿cómo miden exactamente el “pelín”?

Lo de comer de todo es cierto, pero cuidado. Aquí me tengo que referir de nuevo a las madres cuando utilizan la expresión: “comer de todo”, cuando en realidad quieren decir “come de lo que yo te pongo porque lo digo yo”

Conocer la proporción correcta es clave para una nutrición sana

Una sana proporción de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) es necesaria. Los expertos en nutrición establecen como una proporción estándar 55% de carbohidratos, 30% de proteínas y 15% de grasas. Sin embargo tendrás que ajustar esas proporciones según tu situación particular. La cuestión es que cuando decimos “yo como de todo” no estamos calculando con exactitud dicha proporción.

Mito 5: La comida española es la más sana

Aquí es cuando muchos echan mano de la “dieta mediterránea” para justificar los excesos. Recuerdo un día que pedí una pizza del Telepizza y al recogerla, vi que en la caja ponía: “¡Esto es dieta mediterránea!”

No todas las comidas españolas pertenecen a la dieta mediterránea

Voy a aclarar una cosa: que un ingrediente se encuentre en territorio español o cerca del Mediterráneo, no lo hace sano de por sí. Una pizza del Telepizza no es dieta mediterránea, aunque lleve pimiento y tomate de la tierra. Unas alitas de pollo fritas no son dieta mediterránea, aunque el pollo sea de una granja valenciana.

La forma de cocinar los alimentos es tan importante como el alimento en sí. No es lo mismo cocer que freír y no es lo mismo echar chorizo que no echarlo.

Ancel Keys, el gran impulsor de la dieta mediterránea en los años 50, utilizó este término para referirse a los hábitos alimentarios observados en el área mediterránea. Estos hábitos incluían un 55% de hidratos de carbono, un 15% de proteínas, un 10% de ácidos grasos saturados, un 15% de ácidos grasos monoinsaturados y 5% de ácidos grasos poliinsaturados aproximadamente.

La cuestión es que los hábitos en España no son, ni mucho menos, los que había en los años 50. Los alimentos de antes no eran tan procesados (salchichas, hamburguesas… ni tampoco pizzas). No se solían freír las cosas y tampoco se le echaba por costumbre de todo a las legumbres, que solían ser viudas o con alguna verdura. Recuerda esto cuando oigas a alguien decir que la comida española es la más sana. Depende de qué alimento y de cómo lo cocines.

Mito 6: Comer bien es fácil

Como he dicho al principio, todo el mundo “sabe” de nutrición, sobre todo las madres. Comer bien no es ni fácil ni intuitivo. Una sana nutrición requiere de conocimientos específicos. Es fácil engañarse con las cantidades, las proporciones o acabar comiendo lo que es más barato.

Por ejemplo, no todo el mundo tiene la misma complexión ni gasta las mismas energías. Entonces, ¿por qué todos los platos que se ponen en la mesa son igual de grandes? Otro ejemplo es una de las frases más utilizadas por las madres: “¡si porque te tomes un poquito de esto no pasa nada…!” Tal vez les regalen un libro de nutrición en el hospital al parir. Y así un día tras otro comiendo un poco de esas croquetas tan deliciosas y un poco de ese plataco de fabada asturiana, acabas mal nutrido y/o con sobrepeso.

Mito 7: Lo light es sano

Un donut “light” engorda muchísimo, por muy light que sea. Lo que presume de no tener azúcares añadidos, lleva añadido otra cosa peor. Las etiquetas suelen engañar. Por ejemplo: libre de grasa no significa libre de azúcar ni libre de calorías. Otro ejemplo: una Coca Cola light no lleva azúcar añadido, pero sin duda lleva otro tipo de edulcorantes artificiales que son peores aún para la salud.

Light no es sinónimo de sano

Mito 8: Existen alimentos neutrales que ni engordan ni adelgazan

Ningún alimento es neutral. Todo ayuda o perjudica según el momento, con qué más te lo tomas, los ingredientes y la cantidad. Por ejemplo, comer mucha verdura, por sana que sea, podría llegar a engordar si te pasas. El principio número 1 de la ley del equilibrio calórico establece que demasiado de cualquier cosa engorda, incluso la comida sana.

Mito 9: No se pueden tomar hidratos de carbono y proteínas juntos

Hubo algunos nutricionistas en los años 80 que opinaron que la proteína necesitaba un medio ácido para ser digerido y los carbohidratos un medio alcalino. Decían que el sistema digestivo no puede encargarse de las dos cosas a la vez. Estas personas subestimaron el poder del organismo. Los jugos gástricos, en condiciones normales, pueden con todo sin problemas.

Mito 10: La comida basura siempre se almacena en forma de grasa

La ley número 2 del equilibrio calórico establece que pequeñas cantidades de cualquier cosa, incluso la comida basura, no se almacenarán en forma de grasa siempre y cuando quemes más calorías de las que ingieres… (haciendo ejercicio, se entiende)

Para estar sano, haz ejercicio a diario

Alimentarte bien, además de prevenir enfermedades, te hará sentir más ágil, sano y lleno de energía. Estos son los 10 mitos más extendidos que, por el contrario, facilitan una mala e incorrecta nutrición. Seguro que hay más mitos acerca de la nutrición… ya sabes, creencias de esas que todo el mundo da por ciertas pero que no lo son. ¿Conoces alguno más? Por favor, coméntanoslo.

El post 10 cosas que nunca has querido saber sobre nutrición se ha publicado de: https://www.fluenting.com