domingo, 6 de noviembre de 2016

Motivación personal — Descubre la tuya (parte I)

El post Motivación personal — Descubre la tuya (parte I) es por cortesía de: http://www.fluenting.com

Aprende a conectar con tu motivación y desencadena tu auténtico poder para ganar en todas las facetas de tu vida.

En este artículo descubrirás tres tipos de motivación. Sabrás cuál de ellas te abrirá las puertas a la felicidad, la productividad y a un mundo mejor que verás lleno de sentido y de posibilidades.

Conceptual image - way to freedom

Descubrirás también por qué las recompensas externas, como el reconocimiento o los premios, no son siempre la forma más eficaz de motivación para ti, para tu equipo o tus empleados.

Busca una causa significativa y duradera a la que deseas contribuir. Establécete unas metas, palabras y políticas que estén acordes con esa causa. Así podrás conseguir tu propósito. Focalizarás mejor que nunca todo tu potencial, como si fuera un láser.

Hay un gran vacío entre lo que la ciencia sabe y lo que se hace hoy día para motivar. El palo y la zanahoria no funcionan. Tampoco permiten un rendimiento óptimo de nuestro potencial. Sin embargo, los sistemas educativos, nuestro entorno laboral y la forma de tratar a nuestros hijos, se centran en motivaciones externas.

Motivación 1.0, 2.0 y 3.0 —¿Cuál es la tuya?…

Motivación 1.0

50.000 años atrás la motivación del ser humano era simple: sobrevivir a las amenazas del entorno. Impedir que nos devorase un cocodrilo era la guía principal de nuestras motivaciones. Huir, luchar, comer, descansar y procrear eran las actividades fundamentales en aquel momento.

Durante años funcionó bien, pero conforme las sociedades crecieron y la necesidad de cooperación aumentó, surgió paulatinamente una nueva forma de operar...

Motivación 2.0

A parte de sobrevivir, también buscamos recompensas y queremos evitar el castigo.

Este sistema de motivación refuerza mediante el placer o el dolor el comportamiento que se desea ver.

Pero esta forma de motivar ya no funciona tan bien como solía hacerlo. Deja de funcionar porque es incompatible con la evolución de las sociedades contemporáneas, sus empresas y el nuevo trabajador del conocimiento.

No es compatible en tres áreas en particular:

1. Cómo organizamos nuestras actividades
2. Cómo evaluamos lo que hacemos
3. Cómo hacemos lo que hacemos

La motivación 2.0 es incompatible con la forma de organizar nuestro trabajo porque muchos proyectos ya no son de código cerrado, para defender los intereses de un colectivo en competencia con los de otros. Hoy existen nuevos modelos de negocio y de colaboración más sinérgicos y abiertos.

Las iniciativas con afán de contribuir más que de competir, como los proyectos de código abierto, están triunfando. En estos proyectos, los trabajadores regalan su producto y no reciben recompensas externas por sus esfuerzos. Algunas de estas empresas cuentan con millones de usuarios contentos, por ejemplo:

  • El navegador Firefox, tiene 150 millones de usuarios.
  • Linux, creado por una legión de programadores no remunerados, da vida a uno de cada cuatro servidores corporativos.
  • Wikipedia cuenta con millones de artículos en más de 250 idiomas diferentes, todos ellos escritos por voluntarios no remunerados.

Como han demostrado varios académicos, estos proyectos de código abierto dependen de la motivación intrínseca. Dependen de factores internos propios de cada individuo, con la misma intensidad que los viejos modelos de negocio confían en la motivación extrínseca; es decir, el palo y la zanahoria, que son iguales para todos.

Se realizó una encuesta sobre 684 desarrolladores de proyectos de código abierto por dos profesores del MIT y un consultor del prestigioso Boston Consulting Group. Encontraron que la razón número uno por la que participaban en estas iniciativas es por el gozo que produce la motivación intrínseca; es decir, por lo creativa que la persona se siente cuando está trabajando en el proyecto.

La motivación 2.0 asume, en gran medida, que somos robots racionales que maximizan zanahorias y otras riquezas. Pero ya ni siquiera la mayoría de economistas lo creen así.

Considera lo siguiente:

  • No ahorramos lo suficiente para la jubilación aunque racionalmente es una clara ventaja económica el hacerlo.
  • Nos apegamos a las malas inversiones más de lo que deberíamos, porque sentimos mucho más dolor por perder dinero que por ganar la misma cantidad de dinero.

No somos tan racionales como pensábamos. Incontables estudios han demostrado que los seres humanos no siempre nos comportamos racionalmente por nuestro propio interés, (ver, por ejemplo, Las Trampas del Deseo, de Dan Ariely.)

Tampoco el trabajo que hacemos es igual. Algunos aún tienen trabajos rutinarios que no les suponen un gran reto y que otros les dirigen. Pero muchísimos gestionan su propio trabajo y el número sigue creciendo. Tienen trabajos complejos, interesantes y que les suponen un desfío.

El trabajo ya no es tan algorítmico (robótico), sino heurístico (iterativo, experimental), creativo y tan lleno de posibilidades como crear una campaña de marketing, por ejemplo.

Los trabajos algorítmicos, como el de cajero de una cadena de supermercados, están disminuyendo.

Investigadores como Teresa Amabile, de la Harvard Business School, han encontrado que las recompensas y castigos externos funcionan bien con los trabajos algorítmicos. Pero pueden ser devastadores en trabajos heurísticos, donde la motivación extrínseca puede impedir la creatividad necesaria para inventar algo nuevo.

Las empresas necesitan personas automotivadas porque los costes de seguimiento y control de un empleado que se aburre en su trabajo por falta de motivación intrínseca son enormes.

Nadie gestiona a los colaboradores de Wikipedia, nadie se sienta a fijar incentivos para motivarlos. Esos costes se los ahorran y quedan para incentivar los trabajos aburridos que casi nadie disfruta haciendo y que precisan de supervisión. Los puestos más interesantes son para los trabajadores del conocimiento que requieren de más autonomía y de mayor iniciativa personal.

¿Cuáles son los tres elementos esenciales que impulsan la motivación 3.0?

Las tres fuerzas que conducen a una motivación personal intrínseca son:

  1. Autonomía — el deseo de dirigir nuestras propias vidas y nuestro trabajo.
  2. Maestría — el impulso de ser mejor y mejor en algo que importa.
  3. Propósito — el anhelo de hacer algo que contribuya a una causa más grande que nosotros mismos

En "Motivación personal — (parte II)" te hablaré más detalladamente de estos 3 elementos. Sabrás qué es más importante para una vida plena ¿el dinero (utilidad) o el propósito (finalidad)? Y descubrirás algunas estrategias para poner en marcha las ideas que compartiré contigo.

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(*) Esta entrada ya se publicó en: http://fluenting.com/

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